El legado de nuestros mayores del vino
¿Que tiene esta figura familiar que incluso en La Rioja se ha convertido en título honorífico? Parece que nuestros abuelos han tenido mucho que ver en el vino que se elabora hoy en día.
Al reconocimiento a toda una vida de esfuerzo en la viña se le pone nombre de abuelo o abuela, para perpetuar, de alguna manera, su recuerdo y sabiduría. Son muchas las personas, y digo personas y no bodegas, que ponen en recuerdo a sus mayores el nombre a un vino. ¿Será porque quizás los abuelos son tan importantes o más que los padres en ciertos aspectos de nuestra vida?
«Todo lo que sé de la viña, lo aprendí de mi abuelo…» Y, curiosamente, el abuelo prácticamente no sabía ni leer ni escribir (o poco) con lo cual, la palabra enología distaba mucho de ser entendida. Sin embargo, sus conocimientos de la tierra, de la viticultura, de climatología, entre muchas otras cosas, si las sabían. Y, además, lo conocían muy bien. Sin libros. Solo la experiencia heredada que debían legar a sus nietos como hicieron con ellos.
Una vuelta a los orígenes del cultivo de la uva y la producción del vino
Y hoy en día, algunos jóvenes viticultores, luchando contra viento y marea, no solo salvan el escollo del precio insultante del kilo de uva, sino que, además, han decidido volver a ciertos aspectos tradicionales en la elaboración del vino y recuperan antiguas técnicas que no son aprendidas en la facultad de enología. Otros, sin embargo, continúan la tradición familiar bodeguera y, tras años de preparación en agricultura, enología y sumillería, hacen vino en medio de las tecnologías más avanzadas en el sector vitivinícola.
Pero, en ambos casos, podemos encontrar una cosa coincidencia: el respeto y reconocimiento a su abuelo o abuela en forma de nombre de vino. De una imagen en la etiqueta o de un espacio en la bodega y con fotografías en blanco y negro, que son casi un altar, donde las visitas son informadas de que aquellas personas anónimas que aparecen en las fotos son en realidad los que iniciaron un proyecto que hoy bebemos en copa de cristal.
El Viejo de Bodegas Matsu en Toro, El Abuelo de Bodegas Piqueras en Almansa, Corazón del Lago de Bodegas Lecea en La Rioja o Mon Iaio Sisco de Bodegas Josep Vicens en Terra Alta, son solo algunos ejemplos de ese reconocimiento a los grandes del vino. A los mayores del vino.