El ejercicio arquitectónico que revela más respeto por lo construido es la renovación de los edificios ejecutados. Mediante estas actuaciones, salvamos parte de las construcciones que envuelven nuestro entorno urbano y, al mismo tiempo, desarrollamos estrategias de control del gasto de materiales y espacios, además, es un reto muy interesante cuando se plantea con criterio. Este ejercicio toma más valor cuando lo asociamos a términos que generan una gran expectativa social. De repente parece buena idea llamar “arca” a la parte nueva de un edificio antiguo, porque genera vínculos entre distintas formas constructivas donde sólo había un diseño audaz. “La magia está hecha”, así debió pensar el estudio de arquitectura que diseñó “El Arca”, una soberbia idea para un futuro edificio que está a punto de empezar a desarrollarse en Shanghái.
Por supuesto, hablamos de una construcción que se desplegará en la tercera ciudad con más millonarios del país asiático. Esta supondrá la renovación de un antiguo almacén de cemento de la mano de MAD Architects, quienes ya han demostrado en el pasado que les gusta atreverse a romper las reglas establecidas.
La transformación propuesta por los arquitectos es total. Pretenden generar espacios públicos multifuncionales a partir del antiguo almacén industrial, mezclando zonas de cultura, comercio y oficinas, en un lugar privilegiado frente al mar. Por supuesto, las industrias costeras siempre han sido las más importantes, dado que es el lugar perfecto para recibir y enviar mercancías.
De hecho, la fábrica de cemento de la que formaba parte el almacén se construyó en 1971 y cerró en 2013. La posición del mismo, dando la fachada más larga directamente al río, pertenece a la memoria urbana de muchos habitantes de la populosa ciudad. Evidentemente, para que un desarrollo urbano tenga éxito, es bueno contar con elementos de gran valor y estabilidad, y la fábrica los posee.
Así de claro lo dice Ma Yansong, socio fundador de MAD Architects: “El patrimonio industrial se preserva y utiliza no solo por los recuerdos históricos que contiene, sino, más importante aún, porque le da al futuro un sentido de historia” (a mí lo parece). Y es que preservar el pasado y ampliarlo a un futuro mejor parece el ABC de la buena arquitectura. Así, si miramos el diseño del “nuevo” edificio, entenderemos porqué.
La idea es muy simple. Por un lado se preservan los muros exteriores, reparándolos y reforzándolos porque igual van a recibir una carga extra. Por otro se elimina la fachada oeste, la que viene directamente de la ciudad y que se transformará en un muro cortina de vidrio. Todo para permitir la comunicación visual directa del recinto, al mismo tiempo que se convierte en un espacio público abierto las 24 horas.
Sobre los muros reforzados se colocará una hermosa arca de metal, promoviendo un contraste sin igual de materiales hablando idiomas distintos que combinan a la perfección. Toda una referencia a otra famosa arca (¿o no?). La visión es realmente sorprendente, una escalera en medio de la gran sala permite el acceso al arca y se convierte, por sí misma, en un elemento más del espectáculo.
Debajo de la nave, unas estructuras permiten una doble altura en la que se instalará un jardín escalonado. Algo que permitirá espacios verdes intercalados con zonas de negocios, culturales, de restauración y de disfrute de los usuarios (no sé yo si les faltaría una piscina… “guiño, guiño”). Eso sí, el diseño evita que los muros antiguos sean contaminados por las estructuras modernas. Se trata de mantener una convivencia sana.
La idea es que la envolvente de metal sea de acero inoxidable (inolvidable para los románticos). Esto ayudará a generar la distorsión solar aprovechando al máximo las características reflectantes de este material y generando un ambiente cálido para la vegetación. Esta, al mismo tiempo, juega con las texturas de los ladrillos de la antigua pared, animándolos y recordando a los viandantes la historia del lugar.
Por supuesto, el edificio arca de Shanghái tendrá un espacio exterior y mucho cristal para vislumbrar el río desde el interior. Además, se prevé la construcción de un puente para conectar los dos lados del río (hay que permitir que lleguen más visitantes). Una nueva estructura compuesta de nuevas columnas y vigas de gran porte ayudarán al sostén del arca, dado que tendrá un gran peso propio. Estos nuevos elementos se revestirán de metal para resaltar su juventud.
Por la noche, miles de luces (luces led, siempre led´s) darán vida a las fachadas y al interior, confirmando que el espectáculo durará 24 horas, y lo que quieran los usuarios del lugar. Se prevé que la construcción finalice en el año 2026, lo cual no es una locura si pensamos en los tiempos tan cortos de construcción que manejan en el país asiático. Un arca parece una fabulosa forma de llamar la atención ¿no crees?
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