“La forma sigue a la función”. Hace dos siglos, un arquitecto norteamericano llamado Louis Sullivan, nacido en Boston, dictaminó por primera vez este precepto muy utilizado en arquitectura. Aunque la frase no era exactamente así, más bien era: “La forma se subordina a la función”. Corría el año 1896 y fue uno de los padres de la arquitectura moderna que se instaló durante las décadas siguientes.
El tiempo ha pasado e igual sólo se acuerdan de esta frase los estudiantes de arquitectura y algún que otro amante de los edificios, pero el espíritu es tan neutro y versátil que se aplica casi sin pensar.
Me acordé inmediatamente de la frase cuando vi las maravillosas mini-viviendas portátiles de Jupe. Unos refugios (casi tiendas de campaña) que permiten vivir fuera de la red y que además, son muy “chulos”.
La empresa Jupe, norteamericana como Louis, ha creado unos refugios con temática espacial, imaginamos que para llamar la atención, porque su obra no puede ser más terrenal…
Se trata de unas cápsulas de viaje (así las llaman) que sobresalen desde una base plana con acabado de madera de abedul, del que se despliega una lona con una forma muy singular y que se ilumina con luces led´s (siempre led´s).
El diseño se le ocurrió a Liz Lambert (una hotelera con experiencia en diseño) y a Cameron Sinclair (pionero de la arquitectura humanitaria).
Entre los dos generaron la suficiente sinergia para que el resto del equipo de la empresa, cuyos miembros han trabajado en Tesla, como fabricantes de cohetes Space X o en una plataforma de Aribnb, pusiera manos a la obra.
De hecho, el llamar Júpiter a las cápsulas es una apuesta por una alternativa futurista a las tiendas de campaña y a las casas yurtas (viviendas modulares muy ligeras).
Según los creadores, está inspirada en la película 2001: Una odisea del espacio. Concretamente en la escena en la que se envía por última vez señales a Júpiter desde la Luna, y se respondió a ellas (no te esperabas tanto desarrollo para una tienda de campaña ¿eh?).
En fin, sea cual fuere la idea original, la tienda de campaña del futuro está protegida por una lona resistente al fuego. Ésta se fija sobre estructuras desplegables de aluminio que llegan hasta los 3,35 metros de altura en su punto más alto.
Las luces led se ubican tanto en las lonas al exterior como en la base, permitiendo su ubicación desde lejos (para que no la pierdas de vista).
El marco o chasis inferior posee todas las herramientas que se necesitan: la conexión a las placas solares que proveerán de energía a la vivienda, el marco iluminado, wifi, enchufes eléctricos y has puertos USB. Y por si fuera poco, un paquete de baterías te asegura cierto rendimiento para los días sin posibilidad de recarga solar.
Por supuesto, como moderna “vivienda” no le puede faltar la conexión con la famosa Alexa, la de Amazon. Y como extras, un porche y una caja fuerte para que nadie se lleve los objetos de valor.
El chasis no sólo sirve para elevar la tienda de campaña, también tiene espacio para almacenar hasta diez maletas (iba a decir casi nada, pero a saber en qué tamaño de maletas piensan).
La cabina posee una superficie aproximada de 11 metros cuadrados, con una puerta de entrada con cremallera. Dentro, delgadas ventanas se pueden abrir en los laterales, para ver el hermoso lugar donde hemos decidido instalarlas o para dejar entrar más aire.
Por supuesto, como tienda de campaña del futuro no se iban a conformar con una cama simple, así que la cama desplegable es doble.
La cápsula también posee muebles empotrados que incluyen una silla, un escritorio y hasta una otomana (ahí queda eso).
Si bien cabe reseñar que la empresa, con sede en Los Ángeles, desarrolló unidades para cuidados intensivos que se podían instalar en cualquier lado y que podían ser utilizados por los abrumados hospitales durante la reciente pandemia (bravo por ellos).
Jupe nos dice que unos 1.500 millones de personas se encuentran sin vivienda digna en el mundo. Además, hasta 70 millones de ellos no se pueden refugiar después de un tornado, un huracán, incendios o guerras en las que se ven obligados a abandonar su hogar, así que esta solución puede ser válida.
Incluso vislumbran un futuro donde un barco pudiera llevar cientos de sus viviendas a los lugares donde fueran necesarias.
Para los apasionados de la naturaleza tres detalles que les encantarán. El primero es que esta cápsula/tienda de campaña/mini-vivienda se puede instalar fácilmente en cualquier lugar, sin alterar el medio ambiente. El segundo es que su creación reduce el CO2 que se vierte a la atmósfera; y tercera, que no hay que abandonar la vida tecnológica con ella.
La empresa ya colocó durante 2020 y 2021 más de 80 cabinas en seis sitios distintos de California. De hecho, su intención es que sus cápsulas sean tratadas como “Universal autonomous housing” (UAH), es decir, viviendas autónomas universales y que a nadie le falte una. Por cierto, su diseño es muy chulo y su idea muy práctica pero… ¿y el baño?
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