Pumpkin Patch, la moda yankee de las calabazas de Halloween llega a Madrid
La Huerta de Aranjuez organiza unas jornadas únicas donde los más pequeños y mayores podrán conocer cómo crecen las ‘calabazas de Halloween’
Si buscas en Internet, hay granjas en Estados Unidos que organizan actividades familiares donde las calabazas son las protagonistas. Estos días las redes sociales se llenan de fotos maravillosas, llenas de color, de luz, donde pequeños y grandes posan con unas calabazas gigantes, o pequeñas. Hay de todas las formas y colores.
La calabaza que comemos suele ser la que tiene forma «cacahuete», la que llevaban los peregrinos desde hace siglos, sobre todo por su carnosidad. Aunque también se ve mucho la calabaza pipa, ya que al abrirla podemos tener un buen contenido gastronómico.
Desde hace unos años los supermercados se llenan de calabazas en esta época del año por Halloween. Aunque desde finales de agosto ya se consume la calabaza, es en octubre cuando empezamos a encontramos en las fruterías las calabazas de todas las formas, tamaños y colores posibles, como ese naranja intenso que luce increíble, y que forma parte de la decoración de restaurantes, hoteles, y casas.
Porque hay calabazas para consumir, y calabazas para decorar. En Estados Unidos por la forma de vida y la disposición de las casas, las calabazas lucen mucho más. Aunque en España poco a poco empiezan a formar parte de nuestro día a día.
En Aranjuez Jorge Nieto tiene el proyecto La Huerta de Aranjuez, con huertas propias que dan trabajo a 52 personas, y cuyos productos se venden en dos tiendas en Madrid, una en Narváez y otra en Bravo Murillo. Un provechoso negocio que sirve a particulares y negocios, ofreciendo productos de calidad a menos de 46 km de la capital.
Preguntamos a Nieto en sus huertas, donde ya el abuelo de su padre tenía la huerta al sur de Madrid. “Hemos heredado la huerta de generación en generación. Mi padre fue el primero que abrió una frutería. Antes sólo mandábamos a Mercamadrid, y él empezó también a vender al ciudadano de pie, hace 32 años. Tras dos tiendas que abrió mi padre, yo he abierto las de Madrid capital. En Getafe tenemos dos, en Ciempozuelos, Valdemoro… Ahora repartimos a hostelería también”, nos cuenta mientras vemos el brócoli crecer bajo un sol de otoño perfecto.
Qué es el Pumpkin Patch
El Pumpkin Patch o ‘captura de calabazas’ es una actividad al aire libre para conocer más de esta verdura y disfrutar del tiempo de otoño en un lugar único. “Queríamos haberlo hecho el año pasado, pero no iba a salir bien si lo hacíamos con prisas, así que este año estamos toda la familia implicada. Queríamos hacer sólo un día de actividad, pero ha sido tal la locura, que abrimos dos días. Y al final tenemos todo el mes, porque la demanda para venir ha sido alucinante”.
«La actividad consiste en pasar dos horas en la huerta de calabazas, decorada especialmente para Halloween. Allí pueden ver cómo crecen las calabazas, las diferentes formas que tienen… Hay carreras de sacos para padres e hijos, puestos para que los niños tengan su tienda por un ratito, carreras con carretillas, alpacas para jugar. Les recogen a la entrada de las tierras en un tractor y empieza la aventura”, relata.
Otoño en Madrid: una actividad totalmente diferente
“Es una idea divertida, súper sana. Cuando vienen, eligen la calabaza que más les gusta, y se la llevan. Además, preparamos zumos y mazorcas dulces asadas. Los niños se sientan en el suelo con unos manteles para pintar las calabazas y se las llevan decoradas. Hacemos juegos para coger batatas, es muy divertido”.
“La calabaza en agosto ya está. La puedes dejar en la tierra, no hay problema alguno. La puedes coger en octubre o noviembre y no le pasa nada. Es muy dura, no le afecta el frío. La lluvia sí, si se estanca, el agua que puede llegar a pudrirla. Pero si no, aguanta. La asociamos al otoño, a una crema calentita, que es cuando la venta se dispara. Esta calabaza de Halloween puedes dejarla en un estante durante un año, y si no ha sufrido un golpe fuerte, está perfecta”.
“Esta calabaza se puede comer, pero tiene muy poca carne dentro. Cuesta mucho pelarla y apenas se sacan 2/3 cm de carne. Las otras sí, están macizas, dulces, y les sacas mucho provecho, por eso la gente las usa para decorar”, nos cuenta.
“El 80% de los clientes de nuestras tiendas se llevan una o dos calabazas para decorar. Levamos así como cuatro años. Hace 10 años esto no existía. Pero con el aumento de la demanda, también sembramos nosotros”, afirma. Un plan increíble para disfrutar en octubre.