Vendimiando en azoteas el primer vino urbano de Madrid

El Hotel Wellington y la Bodega Ramírez de Ganuza cosechan 150 kg de uva en el centro de la capital para realizar vinos solidarios.

Carla Royo-Villanova. 03/10/2018

Acaba de vendimiarse la primera cosecha de uvas crecidas en el corazón de nuestra capital. El Hotel Wellington de Madrid fue pionero en la primavera de 2016 en dar forma a un gran proyecto junto a la Bodega Ramírez de Ganuza: Cultivar en su azotea los primeros viñedos que crecerían en el centro de la ciudad. He sido testigo y parte de esta primera vendimia, algo tardía, pero sin precedentes, que ha tenido lugar dos años y medio después de la implantación de los viñedos en la azotea del hotel.

Sr. Remírez de Ganuza, D. José Tarín, Carla Royo-Villanova,  José Ramón Lissarrague y Jesús Ángel Abecia en la azotea del hotel 

Madrid amanecía algo más fresca que los días anteriores, pero bajo el cielo azul que caracteriza nuestra ciudad. La azotea del Hotel Wellington se preparaba para recibir a los escogidos invitados. Llegué con tiempo para poder escuchar las precisiones y explicaciones de José Ramón Lissarrague, Ingeniero Agrónomo, profesor de viticultura, consultor de bodegas y encargado de vendimiar primero y elaborar después los vinos de esta cosecha.

Junto a él y listos para la recogida, el propietario de la bodega, Fernando Ramírez de Ganuza y Don José Tarín, Director General del Hotel Wellington, tijera en mano para comenzar esta peculiar vendimia. No era la primera vez que vendimiaba, pero sí la primera que lo hacía con Madrid bajo mis pies.

José Tarín y Fernando Ramírez de Ganuza en plena vendimia urbana

La Bodega Ramírez de Ganuza nació en 1989 como una apuesta personal de su fundador, Fernando Ramírez de Ganuza. Desde el inicio, una sola idea ha movido todo el proceso: ser fiel a la uva e intervenir lo menos posible en el proceso de elaboración del vino. No en vano, la máxima de su fundador es: “Sólo la mejor uva para el mejor vino”.

Tienen más de 72 hectáreas de parcelas de uva con una edad media de 60 años, repartidas en seis localidades de la Sierra Cantabria. Su viñedo combina los mejores rasgos para lograr un gran vino: el tipo de suelo, el microclima, la orientación de las parcelas, la baja productividad de las cepas y la edad media del viñedo de 60 años.

Un viñedo urbano muy cuidado que hace homenaje a la viticultura española

“En la azotea del Hotel Wellington hemos querido hacer un homenaje a la viticultura española utilizando algunas de las variedades más características de nuestro país, así como sus formas de cultivo”, explica el profesor Lissarrague. Las formas de cultivo en este viñedo urbano son en disposición triangular, en espalderas rectangulares y en lo que José Ramón denomina ‘cinco de oros en parral’. También las orientaciones varían para favorecer la estética de la plantación. En definitiva, están representados los tres sistemas de conducción más habituales en España, parral, vasos y espaldera; y para su diseño se han considerado valores vitivinícolas, históricos, didácticos, ambientales y paisajísticos.

En cuanto a los tipos de uva, hay ejemplares de la llamada ‘Vitis Sylvestris’, una uva como su propio nombre indica asilvestrada, que necesita del macho y la hembra para reproducirse y que fue muy extendida en nuestro país. Para entendernos, es la parra trepadora de toda la vida. De las variedades de ‘Vitis Vinifera’ estás sí, hermafroditas, han seleccionado también las más habituales de los viñedos españoles.

Más de cien kilos de uva destinados a la realización de vinos con fines solidarios

Los vinos blancos que salgan de esta primera cosecha serán de dos tipos, un blanco aromático con verdejo, albariño y moscatel de Alejandría y otro blanco con airén y viura. El tinto tendrá uva garnacha, garnacha tintorera, monastrell y tempranillo. Todos los vinos se vinificarán en la Universidad Pontificia de Madrid y serán después embotellados bajo el sello del Hotel Wellington y Ramírez de Ganuza con fines solidarios. Los 150 Kg de uva serán transformados en diez botellas Magnum que se subastarán durante una cena benéfica organizada por la Fundación Wellington, pero para ello tendremos que esperar a enero de 2019.

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