Pocos hombres de la esfera pública lucen como él los trajes con un patrón adaptado a su fisionomía. Y aunque ayuda, no es cuestión de percha. Argumentar que a Felipe VI los trajes le quedan como un guante porque mide casi dos metros, no tiene sentido. Por esa regla de tres, los jugadores de baloncesto lucirían fetén con un look formal, pero nada más lejos de la realidad. Se puede comprobar en muchos de ellos, cuando asisten a recepciones oficiales y eventos formales, en los que el traje les lleva a ellos y no al revés. Hoy queremos hablar del caso contrario, el de don Felipe VI, que no solo lleva bien sus trajes sino que también tiene prendas fetiche que son un must en su armario.
Alturas a parte, la elegancia del Rey Felipe VI es innata. Lo demuestra, por ejemplo, cuando viste guayabera, por lo general en blanco y azul. Esta prenda, cuyo uso es frecuente en países caribeños, cada vez goza de más adeptos a este lado del Atlántico. Pero ojo, no es para todos los públicos. Y eso que los empresarios textiles cuentan que cuando el rey aparece con ella, las ventas se disparan (hasta 5.000 pedidos de golpe). Por cierto, cuando la luce suele utilizar uno de sus bolsillos superiores para guardar un bolígrafo.
Sin duda es una prenda cómoda y que a pesar de su manga larga, es ideal para combatir el calor por su fino tejido de lino. Recientemente le hemos visto con ellas en sus últimas visitas a Sevilla y Córdoba tras la pandemia y en noviembre del año pasado en su última visita oficial a Cuba.
Los gustos de Felipe VI han evolucionado con los años pero sin sobresaltos grandes en su armario. Nada de colores chillones ni cuando viste de manera casual, ni formal. El Rey es un hombre sobrio, elegante y clásico. Esta es la opinión generalizada de estilistas y diseñadores. Sus trajes suelen ser azules y grises.
Únicamente es más atrevido con las gafas de sol, que suele lucir con diseños deportivos. En su vestidor abundan los colores neutros como el blanco, la gama de grises o tonos arena, a los que en verano se añade el azul, tanto en polos de manga corta como en camisas. Nunca he visto a Su Majestad luciendo ropa amarilla o verde ni prendas con dibujos llamativos, a lo sumo, rayas.
Su fisionomía le obliga a recurrir a la camisería a medida que permite adaptar el patrón a la comodidad del monarca. Por ello se le suele hacer un puño especial, algo más holgado en la manga derecha que le permite mirar el reloj con más comodidad. A diferencia de la Casa Real británica, que no tiene reparos en informar de los proveedores de sus miembros (800 empresas son titulares del Royal Warrant) en el caso de la española sucede lo contrario.
No obstante es vox populi que muchos de sus trajes los hace a medida la sastrería Jaime Gallo y sus camisas son obra de Burgos. Esta última es una casa fundada en 1906, que tiene entre su clientela al Rey Felipe desde su Primera Comunión. En su web se encuentra una guayabera idéntica a la que luce con frecuencia Su Majestad. La tienda online de este comercio ubicado en el centro de Madrid explica que está realizada «en el mejor lino italiano de Canclini. Es un modelo clásico con 4 bolsillos y tabla longitudinal delante y en la espalda. Aberturas en los laterales».
Aunque el monarca no cuente con la presión del análisis milimétrico al que se somete a la reina Letizia por sus estilismos, cuando Felipe VI añade alguna prenda a su armario que se sale de lo previsible, la prensa se hace eco. Ocurrió en su último viaje a Ibiza, donde paseó por las calles de la isla con unas sneakers de color gris sin ningún logo, como es habitual. Había que averiguar de qué marca eran y que tenían de especial dichas deportivas.
En efecto, no eran unas zapatillas cualquiera. De marca Yucs– española y sostenible- están fabricadas con una excelente fibra natural, la lana merino y solo pesan 250 gramos. Desde la firma se informó que dicho calzado no fue un regalo sino que fue comprado por la Casa Real, al igual que otros pares más. Incluso esperó la lista de espera que tenía la marca para hacerse con los diseños. En verano es frecuente verle calzar zapatos de antifaz sin calcetines pero nunca antes le vimos en deportivas.
Para ocasiones formales el rey es fiel a los mocasines de borlas (conocidos como tassel) y a los derby de doble hebilla o simple. En los actos militares para cumplir con la etiqueta utiliza los oxford o blucher. Su número de pie, un 46, en ocasiones provoca que las marcas tengan que fabricar a medida.
Es de sobra conocido que la vestimenta comunica. Y en el caso de nuestro rey transmite no solo elegancia sino seguridad y liderazgo.
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