La prenda infalible… y elixir de eterna juventud
Lavado, con rotos y sin ellos, en camisas o pantalones, el vaquero es tendencia este invierno.
Los vaqueros, cuentan las leyendas, fueron concebidos por un inmigrante lituano llamado Jacob Davis. Trabajaba como sastre para los obreros del ferrocarril en los Estados Unidos y en 1873, él y Levis Strauss, inmigrante bávaro, patentaron un pantalón estilo vaquero hecho de sarga con unos remaches, que fue el origen de lo que hoy conocemos como pantalón vaquero. El resultado fue el primer par de vaqueros hecho y cosido en San Francisco. Desde entonces mucho ha llovido y no siempre es fácil encontrar los pantalones vaqueros que mejor sientan.
Lo mejor de ellos es que siempre quedan bien. Puedes combinar el denim según tus intereses… desde lo más clásico, hasta lo más moderno, ajustándose como un traje a medida. ¡Los puedes llevar a todas partes y a cualquier hora del día! Tanto la camisa como el pantalón son los protagonistas del viernes casual. En definitiva, son infalibles…
¿Sabías que…?
Jacob Davis tuvo la idea de utilizar remaches de cobre para reforzar los pantalones en los bolsillos y demostrar así que eran una prenda fuerte, ideal para mineros, granjeros, leñadores… Su compañero de andanzas, Levis Strauss, comercializó la prenda creada por Davis hasta su fallecimiento en 1902. Dejó su empresa en manos de sus cuatro sobrinos, que continuaron con el negocio haciendo que hoy en día sea una de las multinacionales más reconocidas del mundo.
Los pantalones vaqueros son un símbolo generacional y hoy en día no distinguen clases ni acomodos y son usados absolutamente por todo el mundo: jóvenes, mayores, progresistas, conservadores, estudiantes, oficinistas y moteros… y así sin parar.
Originalmente solo tenían un bolsillo trasero y en 1901 se añadió el segundo. En 1922 llegaron las presillas del cinturón y durante la Segunda Guerra Mundial se incorporaron a la prenda los últimos cambios. Desde entonces, el pantalón vaquero está inalterable.