El feminismo de Dior no solo son camisetas

«El simple hecho de elegir qué ponerse es un compromiso que refleja las ideas y convicciones de la persona». Bajo esa premisa gira ahora mismo el mundo creativo de Maria Grazia Chiuri. Algo que no fue así siempre, porque hubo un tiempo en el que la diseñadora italiana vivía atenazada por la inseguridad, sobre todo en sus inicios, como ella misma ha asegurado muchas veces. Pero los años, la experiencia, los retos, los errores y los triunfos han consolidado una forma de ver la moda que ha calado muy hondo en Dior.

 

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«Sisterhood is Powerful», «Sisterhood is Global » y «Sisterhood is Forever» son las tres frases de las camisetas virales que Dior presentaba esta semana sobre la pasarela. Frases de empoderamiento femenino, de hermandad, que pertenecen a la poetisa feminista estadounidense Robin Morgan. Pero detrás del algodón y la tinta que acabarán llevando miles de mujeres en todo el planeta, hay mucho más.

El compromiso de Maria Grazia Chiuri sobre la pasarela nos dejó el martes pasado un refresco histórico de una década marcada por los cambios y la recuperación mundial. La diseñadora italiana nunca había explorado hasta entonces los años cincuenta del siglo pasado. Allí encontró la figura de la princesa Margarita, condesa de Snowdon, hija menor de los reyes Jorge VI e Isabel y hermana de la reina Isabel II. Una rebelde por muchos motivos que dejó claros sus principios cuando en su retrato oficial, a los 21 años, decidió usar un vestido de Dior, en lugar de uno de una modista británica.

 

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A partir de ahí, Maria Grazia Chiuri exploró los diseños de Christian Dior durante esa década, influidos por el clasicismo, la subversión, la elegancia y la rebelión inherente en la cultura inglesa. Las camisetas aparecieron al principio de un desfile marcado por la recuperación de los códigos de Dior para el presente.