‘Todo el dinero del mundo’: El escándalo de un secuestro
La última película de Ridley Scott llega a las pantallas de cine no exenta de polémica y cargada de premios y nominaciones.
Cuando comenzó el rodaje de ‘Todo el dinero del mundo’, nadie imaginaba que no la iba a terminar uno de los actores principales. El revuelo mediático, como consecuencia de las denuncias de acoso y abusos sexuales contra Kevin Spacey, afectaron directamente a la película. Sin apenas tiempo para respirar, el director Ridley Scott tomó la decisión de “echar” al actor de la producción y sustituirle de manera inmediata.
Christopher Plummer fue el elegido y Mark Walhlberg, otro de los protagonistas, sacó “buena tajada” con el cambio y pidió una jugosa cantidad de dinero por repetir con Plummer las escenas que ya había rodado con Spacey. Ese particular levantó, de nuevo, la injusticia de la brecha salarial existente entre actores y actrices, ya que Wahlberg cobró un millón y medio de dólares frente a los solo 1000 dólares de Michelle Williams, la otra protagonista. Basada en un hecho real, la película llega a nuestras carteleras avalada por premios y nominaciones.
Sinopsis: Roma, 1973. Unos hombres enmascarados secuestran a un adolescente llamado Paul (Charlie Plummer). Su abuelo, J. Paul Getty (Christopher Plummer), es el hombre más rico del mundo, un magnate petrolero tan multimillonario como avaro. El secuestro de su nieto favorito no es razón suficiente para renunciar a parte de su fortuna.
‘Todo el dinero del mundo’ cuenta la historia de Gail (Michelle Williams), la persistente y tenaz madre de Paul para quien, al contrario que Getty, sus hijos son lo más importante. La vida de su hijo depende de un tiempo que se acaba, y los secuestradores se muestran cada vez más decididos, inestables y violentos. Cuando Getty envía a su enigmático hombre de seguridad, Fletcher Chace (Mark Wahlberg), a velar por los intereses de su nieto, él y Gail se alían en una carrera contrarreloj que revelará el valor del amor frente al dinero”.
Ridley Scott se fascinó con la personalidad de J. Paul Getty, así como por su famosa, pero también su imponente visión para los negocios y, en última instancia, por su filantropía. “Getty tenía agallas y cerebro”, comenta el director. “Uno no vuela al Medio Oriente en 1948 y compra derechos de petróleo y tierra, a menos que tenga coraje y astucia. Él era un hombre brillante, pero todo eso se desvaneció cuando le preguntaron cuánto pagaría por su nieto, y él respondió ‘Nada’. Todo el mundo quedó impactado. Pero a la vez él enviaba mensajes a los secuestradores.
Las personas que secuestran personas son esencialmente terroristas y, en la actualidad, los gobiernos no negocian con ellos. Entonces, de alguna manera, el enfoque de Getty era moderno. ¿Habrá sido esa su intención real? Yo no lo creo, pienso que era una especie de mensaje hacia los secuestradores. Asimismo, la gente olvida que él era un filántropo en muchos niveles. Cuando comenzó a pensar en su legado, ya estaba en el proceso de construir lo que ahora es la Villa Getty en Santa Mónica, este hermoso museo de acceso gratuito para el público”.
Inicialmente, el actor que interpretaba a Getty, transformado por elaborados maquillajes y prótesis, era Kevin Spacey. Cuando surgieron las acusaciones de acoso sexual contra el actor, Scott junto con los socios de Imperative Entertainment decidieron reemplazarlo por el oscarizado actor Christopher Plummer.
“Nos enteramos de estas horribles acusaciones solamente seis semanas antes de la fecha prevista para el lanzamiento, no había forma de que siguiéramos adelante con la película tal y como se había filmado originalmente”, reconoce el director. “Nuestra conciencia no nos permitía que estas afirmaciones quedaran sin respuesta. Cuando decidimos reemplazarlo por Cristopher Plummer, todo el elenco y el equipo fueron de lo más comprensivos y, por ello, cuentan con nuestro eterno agradecimiento por su inquebrantable compromiso a lo largo de todo este proceso”.