Las muelas del juicio son el tercer molar que se ubica al lado de cada último maxilar y suelen aparecer entre los 16 y 20 años, momento en el cual las personas desarrollan un mayor juicio, de ahí su denominación.
El 70% de los pacientes que acude al dentista por las muelas del juicio, lo hacen por el dolor. Las causas más comunes de estas incómodas molestias las suele provocar la inflamación, que en algunos casos puede derivar en infección debido a una mala higiene o acumulación de bacterias en estas piezas, aún en desarrollo. Aunque en la mayoría de las situaciones es necesario proceder a su extracción, será siempre el especialista odontológico quien lo determine, así como el proceso para hacerlo. En todo caso, el tiempo medio de recuperación no suele superar las dos semanas.
Existen dos sistemas para retirar las muelas del juicio. La extracción simple, cuando los molares se han desarrollado completamente pero están causando molestias en la mordida, y la intervención quirúrgica, cuando las muelas se han desarrollado de forma parcial y no en su totalidad.
Otro de los inconvenientes que acarrea la aparición de las muelas del juicio es la malformación de los dientes, pues nuestra boca ya está formada y no hay sitio para más molares. Lo que conlleva, de forma habitual, al movimiento de otras piezas dentales que se agrupan y apiñan de forma dolorosa, haciendo necesario el uso posterior de ortodoncia para corregir el movimiento. También puede suceder que al no contar con el espacio para crecer, las muelas del juicio queden retenidas por otros dientes e incluso debajo del tejido gingival.
Sea cual sea tu caso, los profesionales ofrecen soluciones para que luzcas la mejor de tus sonrisas siempre. Gracias a la avanzada tecnología y excelentes profesionales existen tratamientos como la ortodoncia digital, un exclusivo sistema basado en una exhaustiva planificación digital a través de la cual se puede predecir con la máxima precisión y eficacia los movimientos de cada pieza dental, te garantiza un excelente resultado final. Además, este sistema de ortodoncia se adapta a tu vida, ya que es invisible y removible, por lo que te lo podrás quitar cuando lo necesites o te resulte más cómodo, como por ejemplo, para comer o cepillarte los dientes.
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