Las bases de una piel radiante

Cuidarse es una inversión. Hay que cuidar el alma pero también el cuerpo y no se puede olvidar el rostro. Todo lo que se hace, incide directamente en mejorar o empeorar el aspecto. ¿El objetivo? Retrasar la vejez y sobre todo, sentirse mejor. La búsqueda de la felicidad se ha configurado como el objetivo de una generación que aprende a encontrar los placeres en pequeños detalles y que utiliza cada vez más sofisticados métodos.

La belleza son rituales pero también es actitud. Una actitud metódica, de todos los días, constante y sin fallar nunca. Pero también es una cuestión del alma, que refleja en el rostro la alegría y el positivismo. Si se sonríe, la belleza aumenta. Cero gastos con efectos asegurados, un lujo al alcance de cualquiera.

1.- Gimnasia facial. Igual que se va al gimnasio, se pueden practicar pequeños ejercicios sobre el rostro, por la mañana y por la noche. Quince minutos que requieren constancia para obtener resultados. Los efectos serán como los de un y sin duda rejuvenecerán. Los movimientos deben ser ascendentes, con la yema de los dedos y será importante “tocar” los músculos clave del rostro.

2.- Limpieza y más limpieza. El rostro debe estar siempre y continuamente muy limpio. En la ciudad, la polución es el enemigo principal de la piel. Pero también el maquillaje y otros agentes externos dañan y envejecen la piel. Después del verano, el sol y el mar dañan el rostro. Muchas veces los efectos son irreparables, como las manchas, por lo que la mejor solución es acudir a un experto profesional para que mitigue y repare los daños causados.

Si acudir a un experto no es la mejor idea, la limpieza personal es otra alternativa. Se puede dividir en dos fases, profunda y de mantenimiento. Esta última es la limpieza diaria, mejor realizarla por las noches y en las que Clarisonic se lleva el triunfo al mejor producto. También las leches limpiadoras de Clarins y de Lancôme, y la solución jabonosa de Kiehl´s y de Biotherm. Una vez a la semana, es bueno exfoliar el rostro con un peeling, una práctica milenaria realizada por miles de mujeres en países como Irán y con resultados impresionantes.

Y la limpieza profunda, que se puede realizar una vez al mes o cada dos meses. Algunos profesionales apuestan por el método de extracción con vapor, que es la mejor forma de conseguir una limpieza exhaustiva. Otros utilizan productos de última tecnología con efectos desincrustantes para llevar a cabo una limpieza más profunda.

3.- Mucha Protección e Hidratación. Hidratar es importantísimo. Sin olvidar zonas como el cuello que deben estar siempre muy hidratadas. Es fundamental saber la crema más adecuada para las particularidades de cada rostro y sus necesidades en cada época del año. No sólo en verano se debe hidratar y proteger la piel de los rayos solares, sino que durante todo el año se deber ser consciente de esta exposición al sol y a la contaminación. Por eso, triunfan las cremas como Génifique Nutrics de Lancôme, un poderoso hidratante anti-edad o Multi-Intensive de Clarins que contribuye a devolver la elasticidad y confort a las pieles maduras afectadas. Otra de las más aclamadas es la Emulsión Ideal Controle de Carita, una crema perfecta para pieles mixtas o grasas.

Los secretos de belleza no cambian, a pesar del transcurso de los años y de la evolución en la dermatología y la cosmética. Los rituales se sofistican pero los principios son los mismos. La tenacidad y la constancia son las herramientas que mejorarán la calidad de la piel. Hoy en día no existen buenas o malas pieles sino buenos métodos y buenos tratamientos.