En Lush, las cifras anuales de los ingredientes utilizados para elaborar los productos huelen a fruta fresca y vegetales: 20 millones de limones sicilianos, 6 millones de frutos de bergamota y 900.000 mandarinas; 10 toneladas de manteca de cacao; 8.000 ramos de flores; 20 toneladas de aceite de oliva procedente de 30 millones de aceitunas…
Por eso, frescos y naturales son los dos adjetivos que mejor definen los jabones que se exponen en bloques apilados en las más de 900 tiendas Lush repartidas por el mundo. Fundada en 1995 en Dorset por Mark Constantine con un equipo creativo con más de 20 años de experiencia y tras fabricar para marcas como The Body Shop, Lush representa lo mejor de la cosmética natural: productos 100% frescos y hechos a mano -con producción orgánica siempre que sea posible-, 100% aptos para vegetarianos estrictos, no testados en animales, evitando los conservantes y apostando por los envoltorios ecológicos y el comercio justo. El producto llega al cliente con semanas, días e incluso horas.
La innovación forma parte de la identidad de la marca y es algo que ha estado presente desde sus inicios. De hecho, el primer gran logro de Lush fue inventar una base de jabón libre de aceite de palma, algo que hasta entonces no había hecho ninguna de las grandes empresas del sector. La nueva base, elaborada con una mezcla de aceite de coco, girasol y colza, suponía una alternativa a una de las principales causas de deforestación en Asia, especialmente en Indonesia.
El jabón facial Movis es uno de los lanzamientos más recientes de Lush y da otra vuelta de tuerca a las bases de jabones al elaborarse con aceite de girasol, manteca de cacao orgánica, aceite de coco virgen extra y germen de trigo. Contiene migas blandas de pan integral y se recubre de germen y salvado de trigo. Tiene una textura suave y esponjosa que se convierte en una gelatina blanda cuando se utiliza y es rico en vitamina E.
Cariño he lavado a los niños, el goloso jabón calmante con olor a toffee, sigue siendo uno de los preferidos por los clientes de Lush, que disfrutan comprando al peso un jabón de miel que, como el resto de las piezas, se corta y se envuelve en el momento en un pequeño trozo de papel antigrasa en el que aparece tanto la fecha de compra como la de fabricación. De esta forma se reduce el embalaje al mínimo y se mantiene fresco el producto, informando sobre la fecha de caducidad.
La experimentación de Lush con colores, texturas y aromas es inagotable: jabones sólidos fabricados con arena, mentolados, con fruta seca y bergamota, de avena y perejil, con zumo de lima recién exprimido, algas… Todo es sorprendente en los estantes de las 12 tiendas que Lush tiene en España, una lista cuya incorporación más reciente se sitúa en la madrileña calle del Carmen, que también alberga el primer spa Lush en nuestro país.
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