NYC ❤️ sus propios aromas

En Nueva York hay muchas cosas que llaman la atencion y una de ellas son los diferentes olores que se respiran en la Gran manzana. Cada barrio es diferente, como un pueblo, con su propio espíritu, el ambiente y sus gentes. Harlem no es como Wall Street y Park Avenue es diferente a Madison Avenue aunque les separe sólo un bloque de edificios. Con tanto barrio diferente, lleno de vidas y costumbres diferentes, a Laurice Rahmé se le ocurrió dedicar a cada una de sus fragancias un barrio de NY dando así un aroma idealizado a cada barrio. En 2003 creó Bond No. 9.

Rahmé, con más de una década en L’Oréal antes de iniciar su propio negocio, camina y pasea cada barrio e interpreta lo que ocurre y lo que ve en el hasta conseguir el alma del mismo e inspirarse en su imaginario aroma. Una vez que conoce las diferencias y los estilos de las personas que viven allí, toca sentarse con un perfumista y trabajar para ajustar la tranquilidad de Park Avenue a una flor blanca y tranquila, por ejemplo, e ir ajustando el estilo a sus ingredientes.

En Bond No. 9 trabajan con seis diferentes perfumistas dependiendo del proyecto o barrio. Necesitan alrededor de un año para conseguir el aroma exacto que buscan para cada nueva fragancia que lanzan. Al contrario que las grandes empresas de perfumes, en Bond No. 9 el proceso creativo y personal que su fundadora persigue no cuenta con grandes muestras y pruebas antes de salir al mercado, los aromas que encuentras en su exquisita tienda son los que ella y su pequeño equipo deseaban y ésa es parte de la aventura creativa de una marca, confiar en su equipo y probar su sueño.

La mezcla de notas que llevan estas fragancias son de todo tipo, pero la mayoría de ellas son olores muy fáciles y agradables que dejan a cada uno la libertad de viajar con la imaginación, imaginando y oliendo a su vez cualquiera de los pintorescos barrios de la City. La edición limitada I LOVE NY  para celebrar el debut de uno de sus bestsellers, New York, ahora mismo hace sus delicias entre su fiel clientela. Si algo te atrapa en las coloridas tiendas de Bond No. 9 desde el primer momento es sin duda el diseño de sus preciosos frascos. Según el barrio y/o la colección, sus colores cambian, pero siempre encontrarás el logo de la firma con el barrio al que esta dedicado.

Sus clientes son especialmente neoyorquinos a los que les gusta su barrio y adoran decorar sus baños con los bonitos frascos, aunque también atrae a miles de turistas que esperan la última novedad. Italianos que adoran Nueva york, ingleses que adoran la idea de distrito o barrio, asiáticos locos por las marcas… todos ellos hacen que la firma creada en el año 2003 venda ya en más de 25 países diferentes, en sus  cinco tiendas propias tiendas y en los mejores y lujosos grandes almacenes alrededor del mundo, desde Saks en Nueva York hasta Harrods en Londres.

Pero lo que más interesa y persigue Rahmé, que no olvida su idea inicial de perfume personalizado y mimado desde el primer paseo por cada barrio, es mantener ese espíritu en su empresa, que no es otro que la pasión por lo que uno hace. Su mayor desafío es encontrar vendedores apasionados para representar su marca. Es muy difícil encontrar personas que aman lo que hacen sobre todo a la hora de vender un producto que además no es suyo. Por eso, gran parte de su tiempo lo invierte en encontrar a esas personas con una afinidad hacia lo exquisito y la curiosidad por las cosas delicadas y bien hechas como es un perfume.

Ella misma explica que «se puede enseñar a trabajar duro pero no se puede enseñar a ser apasionado». Ante el imparable boom de la compra online en Estados Unidos, las nuevas generaciones cada día ven más anticuado comprar e incluso trabajar en pequeños comercios haciendo que la demanda de los más apasionados empiece a ser cada día mayor.

En el caso de los perfumes, la venta online se limita en su mayoría a antiguos clientes pero no a nuevos, ya  que debes olerlo para saber si te gusta o no y, de momento, ni Google ni Amazon lo han logrado, así que es importante estar en la calle y tener al apasionado vendedor dispuesto a contarte la historia de cada perfume con la  misma dedicación con la que se ha creado. En 2015 le ha tocado a Park avenue South y en 2014 fue para Hudson Yards una gran proyecto en la zona oeste de Manhattan que esta todavía en construcción pero que ya tiene su aroma definido. Sin duda, una idea no muy compleja pero de una enorme creatividad con un resultado asombroso: un negocio de éxito y de largo recorrido.