Estas fueron las últimas palabras del Káiser entes de morir
Sébastien Jondeau, el que fuera guardaespaldas de Karl Lagerfeld publica el libro 'Ca va, cher Karl', hablando del lado más íntimo y oculto del diseñador.
A punto de cumplirse dos años del fallecimiento de Karl Lagerfeld, su ex guardaespaldas y confidente Sébastien Jondeau, está a punto de publicar un libro que narra los últimos días del Káiser de la moda. Una obra con la que prende mostrar «más a fondo mi viaje: el de un ex chico de ciudad que conoce a un genio, lo que le permite evolucionar y convertirse en un hombre con aplomo y cultura», cuenta el autor al suplemento Madame Figaro.
Sébastien Jondeau relata los últimos meses de vida de Karl Lagerfeld
El libro al que ha titulado Ca va, cher Karl está escrito por la periodista Virginie Mouzat, y aunque se espera que haga un retrato amable y poco revelador del diseñador, Jondeau nos abrirá las puertas para conocer cómo era la vida cotidiana del genio de la moda. Un día a día que para la gran mayoría sigue siendo una auténtica incógnita. Y es que el guardaespaldas era una de las pocas personas que, junto con los médicos, sabía que el diseñador padecía cáncer. Una enfermedad que le causó la muerte a los 85 años y de la que sus familiares no tenían noticas.
Jondeau relata esta última etapa de la vida de Lagerfeld como una de la peores. «Ya no dormía de noche, Era como una batalla dentro de mí. Estábamos luchando para encontrar tratamientos. A veces las noticias eran buenas, otras malas». El guardaespaldas estuvo con él hasta el final, incluso llegó a instalarse en una habitación contigua a la del diseñador.
Describe al Kaiser como un hombre dulce y amable
Sin embargo, el Kaiser fallecía el 19 de febrero de 2019. «Estábamos en la habitación del hospital y de repente dijo: ‘Es estúpido tener tres Rolls y terminar en una habitación podrida como esta‘. Tuvo un gran sentido del humor hasta el final», cuenta el guardaespaldas a Madame Figaro.
Con este libro Jondeu afirma que quiere resaltar las cualidades mas desconocidas del diseñador como «su amor por los demás, su humanismo y su generosidad». Valores que no tienen nada que ver con la imagen fría y distante que desprendía. «La gente tiene la visión de un personaje tan frío como una pared, escondido detrás de sus gafas. Pero él era muy abierto e incluso muy dulce», ha contado el ex guardaespaldas al El País.