Ana Obregón se enfrenta a una nueva pérdida tras la muerte de su hijo Álex Lequio

Ana Obregón se despide en redes sociales de su perrita Luna, una Golden retriever de 16 años que creció junto a su hijo Álex Lequio.

Apenas tres semanas después de la muerte de su hijo Álex Lequio a causa del cáncer, Ana Obregón se enfrenta a una nueva pérdida. Ayer por la tarde la actriz colgaba una foto en sus redes sociales anunciando que su perrita Luna había fallecido. Una Golden retriever de 16 años que creció junto a su hijo y a la que Ana consideraba parte de la familia.

 
 
 
 
 
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Una publicación compartida de Ana_Obregon Oficial (@ana_obregon_oficial) el 7 Jun, 2020 a las 11:53 PDT

Ana Obregón despide a su perrita Luna

«Cuando tenías 13 años me regalaste por mi cumple una foto en la que escribiste: Luna, Aless y mamá. Éramos una familia llena de amor. Siempre juntos los tres. Lunita te esperó varios meses a que volvieras a casa pero nunca lo hiciste. Sé que se ha ido de pena, para poder estar contigo. Sé que ahora estaréis juntos corriendo a través de la eternidad. Pido cada noche que muy pronto pueda estar con vosotros y volver a ser la familia que éramos para siempre. No sé como decirlo. Aquí abajo me siento huérfana de hijo y de mi mejor amiga. Os echo infinitamente de menos. #Alessforever #Lunaforever 💔», escribía Ana Obregón en Instagram.

 
 
 
 
 
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Una publicación compartida de Ana_Obregon Oficial (@ana_obregon_oficial) el 30 May, 2020 a las 8:53 PDT

El complicado momento personal de Ana

Unas duras y tristes palabras en las que Ana deja claro el complicado momento personal que atraviesa tras la pérdida de su hijo y, ahora también, de su mascota. Un tiempo difícil en el que cuenta con el apoyo de su familia y del padre de su hijo, Alessandro Lequio, al que es habitual ver en su casa.

También los amigos de Ana han estado muy pendientes de ella en estas semanas, y le han mandado un mensaje de ánimo y esperanza. «Anita, cariño mío, a Álex le gustaba verte bien. Ánimo, amor, te quiero mucho«, escribía Marta Sánchez; «Un abrazo enorme», decía Esmeralda Moya; «Ana… beso enorme y piensa que están contigo. Es extraño, pero están», escribía Fiona Ferrer, entre otros.

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