El champagne favorito de la Casa Real Británica
Hoy descubrimos los champagnes de Joseph Perrier, una bodega centenaria con mucho que contar.
Recién pasado el Día del Padre y teniendo ya cerca el Día de la Madre, no es de extrañar que nos entren ganas de celebrar más cosas. Es por eso por lo que hoy damos protagonismo a la bebida reina de todos los brindis. Me refiero al champagne. Porque, aunque me declaro defensora de beber vinos espumosos acompañando a las comidas, no podemos negar que la sociedad en general los consume mucho más en eventos, fiestas o épocas puntuales del año como puede ser la Navidad.
Suelo abogar bastante por el consumo de productos nacionales y aunque me vuelven loca varios cavas (la mayoría catalanes), no puedo negar mi debilidad por el champagne. Nuestros vecinos franceses saben hacer algunas cosas muy bien y una de ellas es ésta. Existen más de 15.000 vignerons y 320 maison acogidos bajo esta denominación, y saben muy bien cómo cuidar las 34.000 hectáreas de viñedo que poseen para obtener sus champagnes.
Una de mis bodegas favoritas de champagne es Joseph Perrier, una maison situada en Châlons-en-Champagne que se fundó en el año 1825 y que actualmente está dirigida por la quinta generación familiar, con Jean-Claude Fourmon como presidente. Aunque no es de las más conocidas, apuesto a que pronto no habrá amante del champagne que no haya probado alguna de sus referencias.
En Joseph Perrier tienen 21 hectáreas de viñedos espectaculares en pleno corazón de Champagne, a la orilla derecha del río Marne. Todo un lujo al alcance de pocos (puesto que el viñedo en esta zona se considera de los más caros del mundo), que deja paisajes maravillosos muy dignos de ver. La mayor parte de su viñedo lo ocupa la variedad de uva tinta pinot noir que, junto a una elegante chardonnay, formará la base de sus champagnes.
En cuanto a la bodega, adentrarse en ella es un viaje a través de la historia, ya que Joseph Perrier lleva siglos elaborando champagne, cuidando sus viñedos y transmitiendo toda la tradición y la cultura que tanto aman. Entre sus joyas más preciadas se encuentran las bodegas Galo-Romanas de más de tres kilómetros de longitud que están excavadas en la ladera de la montaña, iluminadas por luz natural y donde descansan en pupitres todos sus champagnes por un mínimo de tres años.
En cuanto al elegante estilo de esta maison, es algo que se ve reflejado en sus champagnes, y que la Casa Real Británica aprecia desde mucho tiempo atrás, ya que la Reina Victoria en su día se confesó una enamorada de Joseph Perrier y, hoy en día, continúan siendo uno de los favoritos de la Casa Real.
Joseph Perrier Cuvée Royale Brut (38,40€)
Este champagne tiene un 35% de chardonnay, 35 %de pinot noir y 30% de pinot meunier provienentes de viñedos de las zonas de Cumières, Damery, Hautvillers y Verneuil. La quinta parte del vino base es vino de reserva y permanece un mínimo de tres años en botella. Sus aromas son muy finos a la vez que complejos, con notas de manzana y melocotón. En boca resulta muy fresco, con buena y equilibrada acidez. Un champagne muy vivo, largo y redondo. Este es el hermano pequeño de la casa, así que ¡ojito con los mayores!
Josephine 2008 (110€)
Elaborado exclusivamente con 1er y grand crus, tiene un 52% de chardonnay y un 28% de pinot meunier. En esta ocasión, el vino pasará un mínimo de siete años en botella. Se trata de un señor champagne, complejo y rico en matices. En nariz aparecen la mantequilla, frutas y especias, pero conservando su carácter mineral. Mientras que en boca está perfectamente equilibrado, resultando un champagne muy vinoso. Frutos secos como las almendras, fruta confitada y caramelo, llenan la boca y dan longitud a este elegante champagne, fresco y mineral.
Cuando bebo estos champagnes solo puedo repetir las palabras que le atribuyen a Pierre Perignon: “¡Venid, venid, hermanos, que estoy bebiendo estrellas!”