La gastronomía está en auge porque nos encanta disfrutar. Somos unos sibaritas y nos gusta comer y beber bien. Quizá por ello, en la televisión nos avasallan con programas o realities de cocina, en las librerías podemos encontrar estanterías repletas de libros sobre cómo elaborar todo tipo de platos (incluyendo tapas, pintxos, canapés, etc.) y todos nuestros amigos presumen de su faceta más “Berasategui”.
Pero la gastro no incluye sólo comida, sino también bebida. Y vivimos un boom que abarca todo. Todos “entendemos” de vino, nos gustan las cervezas artesanas y nos perdemos por un buen cóctel. Y de cócteles trata hoy el asunto, ya que aunque su consumo crece en nuestro país notablemente (la fiebre por el gintonic ha ayudado un poco), nos encontramos muy por detrás -en tiempo, cantidad y calidad- de los países más cocteleros.
Para ponerle solución a esta situación simplemente hay que salir del gintonic y mojito clásicos. (¡Ojo! Ambos me apasionan, y bien hechos, con buena materia prima, me pierden). Tenemos grandes coctelerías y mejores bartenders, así que ¿por qué no arriesgarnos un poco y dejarnos aconsejar? Seguro que más de uno se sorprendería.
La figura del bartender lleva siglos existiendo. Por definición, su trabajo consistiría en atender una barra, pero hoy en día no sólo sirven copas sino que descubren nuevos sabores y texturas, haciéndonos vivir con sus mezclas verdaderas experiencias (Como con el cóctel Ysabel Regina del que hablamos hace tiempo)
Inexplicablemente parece que son los hombres los que dominan las barras, pero no es así. Las mujeres vienen pisando fuerte y la figura de la barwoman cada vez suena más fuerte. Y no me refiero a la clásica mujer guapa y sexy que sirve cubatas y refrescos en bares y terrazas veraniegas, sino a esa mujer con carácter y personalidad dispuesta a enseñar al mundo la calidad y creatividad que lleva dentro.
Mujeres como Ada “Coley” Coleman (bartender desde 1899 en el American Bar de Londres y en el famoso Hotel Savoy de EEUU, creadora del famoso coctel “Hanky Panky”) o Helen David (abrió en 1937 The Brass Rail en Michigan, ejerciendo hasta el año 2006) son grandes referentes en el mundo de la coctelería.
Cada vez es más habitual encontrar mujeres destacando en los concursos de coctelería. Por ejemplo, el pasado mes de marzo fueron tres las ganadoras del Concurso de Coctelería Vichy Catalán tras preparar un cóctel fancy drink (cóctel de fantasía) y un gintonic, llevándose el primer premio Miriam Campa del barcelonés Negroni Cocktail bar.
Y no debe sorprendernos que en el bootcamp de la World Class Competition –los Óscar de la coctelería- celebrado el pasado mes de julio en Madrid, cuatro de los finalistas fueran mujeres. De este concurso salen los mejores bartenders de Europa que competirán por el título mundial el próximo mes de septiembre en Ciudad del Cabo. Este concurso lo organiza desde 2007 Diageo Reserve, demostrando de nuevo su liderazgo en el mercado de las bebidas espirituosas Premium, así como su apoyo incondicional al redescubrimiento de la coctelería.
Aunque son perfectos y apetecen en cualquier época del año, aprovechemos el calorcito y la tranquilidad del verano para disfrutar de algún cóctel. ¿Os atrevéis a probar uno con esencia de mujer?
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