El Hormigón Translúcido

Hola, el poder de metamorfosis de algunos materiales viene dado por su interacción con otros de diferente fractura, combinando las mejores cualidades de cada uno de ellos. El arte sabe mucho de esto, de la combinación de sinergias (unión de entes diferentes para lograr un mejor/mayor efecto) así lo ha demostrado durante siglos, desde que se creó el Teatro combinando un guion prescrito, unos vestuarios, artistas de diversa índole y cualidades y, por supuesto, el público.

Hace un mes (concretamente el 28 de marzo) se inauguró el Centro Pompidou en Málaga, como sabréis, fui expresamente invitado, me habréis visto ya en los medios de máxima difusión internacional. Por supuesto, también tuvieron la cortesía de invitar al Presidente del Gobierno (Mariano Rajoy), la Ministra de Cultura francesa (Fleur Perellín), la baronesa Thyssen y el siempre malagueño Antonio Banderas, entre otras figuras y autoridades. Allí descubrí un material con unas posibilidades increíbles y al que, por supuesto, ya he puesto en mi lista blanca: el hormigón translúcido.

El Centro Pompidou de Málaga. Los ciudadanos de esta región de España están de enhorabuena, sobre todo los que están unidos por el amor a la cultura, claro. Se trata de la primera sede Pompidou abierta fuera de Francia, y no podía haber elegido otra opción mejor que la de la tierra de otro gran artista: Pablo Picasso (¿pensabas en Antonio Banderas eh?), allí se puede disfrutar de obras del propio Picasso, Frida Kahlo, Alberto Giacometti, Francis Bacon y otros, conté hasta 80 pero no te fíes mucho, estaba muy distraído con la concurrencia.

Paseando entre “celebrities” y “autoridades”, y entre charla y comentario, vuestro siempre leal Rodolfo, iba analizando la construcción del nuevo Museo. “El Cubo” es el receptor donde se establecerá la sede provisional del Pompidou durante cinco años, prorrogables por otros cinco si las partes así lo deciden. Esta singular edificación se ubica en el puerto de Málaga y ya desde su concepción tenía vocación cultural, el edificio finalizado en 2013 y adaptado en 2014 se ha convertido en un icono de la apertura del muelle malagueño a la ciudad.

La simple forma de un cubo transparente, construido con acero y cristal, nos anuncia lo que será nuestro paso por las instalaciones, un disfrute sencillo donde lo primordial son las obras de arte expuestas, eso sí, para la inauguración encargaron a Daniel Buren la recreación del cubo… simplemente fantástico (no os perdáis las fotos). Los 6.800 metros cuadrados de superficie, distribuidos en dos plantas, contienen la sala de exposición permanente (distribuida por Brigitte Leal, directora del Museo de Arte Moderno de París) y un auditorio en la planta menos uno y una sala para exposiciones temporales, un espacio taller, tiendas, la recepción para el deseado público, la cafetería y los despachos administrativos en la planta cero.

El problema principal de este tipo de construcciones (en el subsuelo) es la luz, evidentemente la falta de luz solar incrementa exponencialmente el gasto en consumo eléctrico, pero, por otro lado, el exceso de calor también aumenta el gasto en refrigeración, además, un exceso de luz también es perjudicial para la reproducción de los colores de los cuadros expuestos. La solución es, para mí, y sin menospreciar las obras de arte, lo mejor del museo: los paneles i-light®. Todo un acierto colocarlos como recubrimiento de los patios interiores, justo debajo del cubo.

Son paneles de hormigón prefabricado que permiten el paso de la luz, están compuestos de cemento (obvio) y resinas especiales (en nuestro caso blancas) que dejan ver las imágenes detrás del panel sin cambiar el color. Utilizando este material se ha conseguido la transmisión de luz tamizada, una envolvente uniforme y, lo más importante, una reducción de la temperatura. Estos paneles fueron ideados por la empresa FYM Italcementi para el pabellón italiano en la exposición universal de la Expo de Shangai 2010. 

Para recubrir la superficie de casi 254 metros cuadrados de los patios se utilizaron 96 piezas, la mitad de 175 kilogramos y la otra mitad de 250 (¡gracias a las grúas!) y nueve piezas especiales para las esquinas y la zona de unión con la cristalera. Aunque ya se había utilizado este material nunca se había hecho con esta superficie y con una altura de 203 y 284 centímetros por 120 de anchura. El coste total de las piezas rondó los 100.000 euros y la colocación de la estructura sostén y el montaje de las piezas (que se realizó en cinco y cuatro días respectivamente) costó sólo 40.500 euros.

El hormigón translúcido. Una anécdota de cierta simpatía fue la ocurrida cuando, estando a escasos metros del señor Banderas, intentaba discernir qué fragancia de su propia cosecha utilizaba… intento frustrado de antemano, claro, porque era yo quién utilizaba el “Diavolo”. Pero volvamos a lo nuestro, existen otras empresas que realizan elementos con hormigón translúcido, si ya vimos que Itacelmenti los confecciona con resinas, Litracon lo hace empleando fibras ópticas (15%) mezcladas con cemento dejando pasar a través de éstas la luz. Comercializa su producto en cuerpos paralepípedos (ladrillos) para su posterior puesta en obra.

La austriaca Lucem ha ido un poco más lejos que Litracon y ha unido al hormigón translúcido madera y metacrilato, formando así un material con propiedades acústicas. Tienen un departamento técnico y te ayudan en la elección del producto y sus formatos, incluso si lo deseas, te asesoran en la instalación. Ofrecen formatos muy variados y se adaptan muy bien a tus necesidades, tanto al interior como al exterior.

Por último la empresa Luccon también ofrece el hormigón translúcido en diferentes formatos según las necesidades del cliente, aunque este hormigón tiene unas excelentes propiedades mecánicas, es evidente que su característica de transmisión de luz lo hace estéticamente muy apetecible. Luccon destaca esta cualidad mediante la incorporación de iluminación directa para sus elementos decorativos, los colores predominantes son el negro, el gris y el blanco.

No puede faltar el hormigón translúcido en la próxima edificación que ejecutes, recuerda que el conocimiento obliga, y, gracias a mí, ya conoces este material. Adiós.