Alain Delon subasta su inmensa colección de arte con piezas de Delacroix y Degas
La casa Bonhams de París espera recaudar 5 millones de euros en la venta a finales de junio.
Alain Delon es uno de los iconos culturales de la Francia del siglo XX. Además de ser uno de los actores más importantes de su tiempo, también ha sido un gran coleccionista de arte. Durante sesenta años ha ido acumulando grandes obras de pintura y escultura que la casa Bonhams de París subastará el próximo 22 de junio.
«Hay dos cosas que considero mi legado: mi carrera como actor y mi colección de arte. Estoy muy orgulloso de ambas. Compré mi primer dibujo en Londres cuando tenía 24 años y he adquirido obras desde entonces”, asegura el actor en un comunicado.
Una pasión de 5 millones de euros
La colección, titulada «Alain Delon. 60 años de pasión«, está compuesta por 81 lotes con los que se esperan recaudar alrededor de 5 millones de euros. El motivo es que entre sus piezas hay algunas rubricadas por varios de los artistas más importantes de la historia. Delacroix, Corot, Millet o Degas son sin duda los grandes reclamos de la puja.
Tras una gira internacional que ha recalado en Bruselas, Nueva York, Hong Kong y Ginebra, las piezas llegarán a París para la subasta del jueves 22 de junio.
Las joyas de la subasta de arte de Alain Delon
Una de las obras de arte más importantes de la subasta de Alain Delon es el «Cheval arabe attaché à un piquet», de Eugène Delacroix. Un óleo sobre lienzo de 1825 realizado después de la serie inspirada en los acontecimientos de la Guerra de Independencia griega, y antes de su mítica ‘La libertad guiando al pueblo’.
También destacan un grabado de Jean-Francois Millet titulado «La laitère», otro de una bailarina de Degas («Danseuse de dos»), así como un dibujo de Alberto Durero llamado «Le chevalier, la mort et le diable».
Otra de las joyas de la venta es ‘La plage de Sainte-Adresse,’ 1906 de Raoul Dufy (1877-1953), valorado entre 600.000 y los 800.000 euros. Sainte-Adresse se convirtió en el principal balneario de Le Havre a principios de la década de 1860 y atrajo a turistas y artistas, entre ellos Boudin, Jongkind y Monet, que hicieron de este un destino especial la pintura.