Consejos para acertar con la elección y cambio de colegio
Si te lo estás pensando, toma nota de estas consideraciones para cambiar a tu hijo de colegio.
Cuando elegimos el primer colegio para nuestros hijos nos fijamos en una serie de parámetros para tomar la que será una de las decisiones más importantes no sólo para el niño, sino también para nosotros. Tanto es así que esta decisión marcará la vida del pequeño, que comenzará allí a forjar sus pilares sociales, de conocimiento y de aprendizaje, pero además condicionará a toda la dinámica familiar durante los próximos años.
Es por ello que es tan importante como necesario hacer ciertas valoraciones en el momento de su debut educativo. Pero deberemos revisarlas cada cierto tiempo, porque las necesidades pueden ir cambiando. Sea cual sea la razón por la que se está pensando en mudar de centro, te invitamos a considerar algunos factores para acertar con el cambio de colegio.
La ilusión y la frustración a veces van de la mano al escoger colegio
Cuando lo dejamos en el colegio por primera vez, todos los padres sentimos una mezcla de emociones ambivalentes: por un lado nos da pena que se haga mayor porque sabemos que a partir de ese momento se le empezará a exigir, pero por otro, nos alivia que entre en “la senda” propia de la vida, que sin duda es muy divertida en las primeras edades. Para el niño es un momento bonito que le va a servir para explorar el territorio desconocido, el que supone el alejarse diariamente de su familia durante unas horas.
Por nuestra parte, nos supondrá un cierto alivio en la medida en que sabemos que estará en buenas manos, dándonos cierta libertad de movimiento. Lo que es sólo el principio para él, para nosotros supone la culminación de lo que ha podido ser una ardua e incluso estresante búsqueda de centro escolar, marcada a partes iguales por la ilusión de lo que se busca con la frustración de lo que se encuentra o a lo que se puede acceder.
¿Qué determina nuestra primera elección?
El peso de la tradición marca mucho a los progenitores. A la hora de elegir, no son pocos los que tienen claro apostar por ofrecer a sus hijos lo que ellos bien conocen: su propio colegio. Esto es muy típico en los padres de colegios privados o concertados de cierto renombre y a los que es muy difícil entrar. El haber estado ellos mismos en ese colegio facilitará las cosas e incluso, oficialmente, dará puntos para conseguir plaza.
Los deseos de superación personal son otra de las motivaciones más importantes de los padres: queremos que nuestros hijos tengan acceso a aquello a lo que no tuvimos nosotros mismos. Por ejemplo, a los idiomas, que podrán hacerlo competitivo en el extranjero inglés. Este tipo de anhelo nos hará llevarlos a un centro bilingüe o decantarnos por una educación británica en un colegio inglés.
Los idiomas o los deportes pueden influir en la elección o el cambio de colegio
Otra de las razones por las que elegimos uno u otro centro pueden venir marcadas por el hecho de tener unas buenas instalaciones deportivas para las actividades extraescolares. Al fin y al cabo, si son buenos en algún deporte, podrían después acceder a becas deportivas en el extranjero, por ejemplo.
La fama y el prestigio del colegio también suman puntos a la hora de elegir. La decisión será habitualmente más fácil si se cuenta con una economía holgada que permita pagar un colegio privado, siempre que haya plazas. Y por último, está el tema de la logística. A menudo el más importante, que nos lleva a elegir el colegio por proximidad a nuestra casa, si no sucede al revés, y nos mudamos todos para que nuestros hijos acudan a un colegio determinado.
Razones de peso para cambiar al niño de colegio
Y si existen razones para elegir un primer colegio, existen otras muchas para cambiar de centro escolar. Algunas responden a causas parentales, como el cambio de trabajo y de ciudad por parte de los padres. Pero otras veces pueden responder a situaciones inesperadas o, más habitualmente, a cambios en las necesidades del niño. A veces los padres seremos reticentes al cambio, por comodidad propia, pero lo cierto es que en determinadas ocasiones será no solo conveniente, sino muy necesario cambiar al niño de colegio. En los siguientes casos deberemos plantearnos muy seriamente la necesidad de cambio:
- Cuando existen necesidades educativas especiales: Algunos trastornos del desarrollo o del aprendizaje no se destapan inmediatamente, sino que se descubren con el paso de los años. Tal es el caso de los que se encuentran en el espectro autista, enfermedades raras, o TDAH. De darse, estos trastornos necesitan una atención especializada, que en muchos casos se favorece dentro de la “educación inclusiva” de las aulas actuales, pero no siempre será así. Los centros especiales seguirán siendo necesarios en muchos casos, por más debate que haya.
Cambios por cuestiones médicas o fracaso escolar
- Cuando existen necesidades médicas concretas: Parece mentira que una alergia, por ejemplo, pueda condicionar la permanencia en un colegio, pero es así. Aunque muchos centros establecen políticas para la prevención de crisis alérgicas (por ejemplo, prohibiendo los frutos secos), las consecuencias pueden ser tan graves que los padres no se pueden fiar. Y lamentablemente, no todos los colegios ofrecen esas garantías. Algunos no cuentan con servicio de enfermería para tratar con emergencias. O incluso con el hecho de suministrar una pauta diaria de medicamentos. Otros padecimientos clínicos como la diabetes o la epilepsia podrán ser una razón para cambiar de colegio.
- Cuando se da el fracaso escolar: A veces los padres han puesto mucho empeño en que sus hijos entren en un colegio de gran prestigio, y sin embargo, no les van bien las cosas. El fracaso escolar tiene un precio muy alto que se cobra mermando la autoestima del niño y generando problemas familiares. ¿Merece la pena continua en ese mismo colegio? Rotundamente no. Llegado un momento, y sobre todo si al niño le empieza a contar la nota para elegir después universidad, le haremos un favor cambiándole a un colegio menos exigente, académicamente hablando. Recordemos que algunos niños suspenden por rebeldía o por no tener una buena relación con su profesor, en el que se puede percibir el conocido “Efecto Pigmalión”.
El bullying también puede ser una causa para el cambio de colegio
- Cuando existen problemas sociales: A veces puede suceder que nuestro hijo no encaje socialmente, que no tenga amigos o que sea víctima de acoso escolar. Puede ser muy oportuno cambiarle de colegio en casos de bullying. Es verdad que hay debate, que por justicia no deberíamos cambiar al niño de colegio, sino que deberían expulsar al matón. Pero lo cierto es que, con el cambio, le damos al niño la oportunidad de volver a empezar y de tener nuevos amigos.
La ubicación del colegio cerca del domicilio es fundamental
Cuando el colegio está muy lejos de casa les hacemos un flaco favor. Y es que, el tema de la ubicación cerca del domicilio familiar, antes mencionado, no es menor:
- Implica favorecer la autonomía del niño para que pueda ir a la escuela lo antes posible por sus propios medios, como harán todos los demás, y si pueden ir andando al colegio, mejor. Esto supone que hará ejercicio, no tendrá que madrugar tanto y mejorará su atención en clase.
- Otra razón es no perder horas de su vida y descanso para ir a un colegio “buenísimo” pero a hora y media de casa. Esto hará que se sienta cansado, y que incluso pueda quedarse medio dormido en clase, confundiéndose con un déficit de atención. Recordemos que dormir las suficientes horas es necesario para su crecimiento físico y para el neurodesarrollo de su cerebro y capacidades cognitivas.
- Casi todos los padres eligen un colegio cerca de casa. Eso significa que el eje social de tu hijo también va a estar ahí, en las mediaciones del colegio. La mejor manera de favorecer el desarrollo natural de sus relaciones y lazos sociales sin que suponga una pesadilla logística para toda la familia es esa: viviendo cerca del colegio.