Una Navidad de cuento

Cuando pienso en la Navidad, siempre relaciono este momento con imágenes de cuento, con pequeños pueblos nevados, casitas bajas con la chimenea encendida, luces iluminando las calles y niños cantando villancicos. ¿Por qué no hacerlo realidad?

Tenemos la suerte de que no tenemos que irnos muy lejos, ya que en España hay preciosos pueblos donde parece que el tiempo se ha detenido, con calles estrechas, casas de piedra, castillos medievales o iglesias centenarias, que nos asegurarán una Navidad de cuento.

1.- Vilafamés (Castellón).
Situado sobre un cerro, Vilafamés es un pueblo medieval del interior de Castellón, considerado uno de los más bonitos de la provincia. El núcleo urbano es de origen musulmán, del que todavía se conservan como la cimentación del castillo, muralla, torres y el trazado urbano con callejuelas tortuosas. En un paseo por el pueblo también podréis contemplar la Iglesia de la Sangre o la Roca Grossa, así como disfrutar de su gastronomía y paisajes. A la hora de descansar, el hotel El Jardín Vertical, construido en una casa señorial del siglo XVII sobre la muralla medieval.

2.- Uncastillo (Zaragoza).
Uncastillo es uno de los pueblos que forman la comarca de las Cinco Villas, en el noroeste de la provincia de Zaragoza. Con un trazado medieval bien conservado, en torno a la peña de Ayllón y su emblemático castillo del siglo X; las seis iglesias románicas que lo salpican; su judería; y ejemplos de construcciones renacentistas; no es de extrañar que Uncastillo fuera declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1966. Para sacarle todo el partido al pueblo y a las actividades que se pueden hacer en su entorno, encontraréis a los mejores anfitriones en hotel Posada La Pastora.

3.- Solsona (Lleida).
Solsona está vinculada a sus famosos carnavales, pero su rico patrimonio histórico-artístico invita a visitar la ciudad en cualquier época del año, como en Navidad. Su rasgo principal es su legado barroco, presente en edificios como el Palacio Episcopal o el Portal del Puente. Dando un paseo por Solsona, hay que hacer paradas en su Catedral gótica, la Fuente de la Iglesia, la Plaza Mayor, la Torre de las Horas o el Palacio Llobera. En pleno núcleo urbano se levanta el Hotel Sant Roc, un edificio modernista y emblemático de principios del siglo XX diseñado por los prestigiosos arquitectos Ignasi Oms y Bernardí Martorell.

4.- Hervás (Cáceres).
Hervás es el centro de la actividad del Valle de Ambroz. Su origen se remonta al siglo XII, cuando un grupo de monjes templarios levantaron una ermita junto al río Santihervás. En el siglo XIII se construyó el castillo y es, a partir del siglo XV, con la llegada de una importante comunidad hebrea, a lo que debemos su fama. Y es que la Judería de Hervás, declarada conjunto histórico-artístico, es una de las mejor conservadas de España. En la plaza más bonita del pueblo, presidida por el antiguo Convento de los Trinitarios Descalzos, podréis dormir en una casona solariega con mucho encanto: El Jardín del Convento.

5.- Calaceite (Teruel).
Calaceite es la capital cultural de la comarca del Matarraña, cuyo casco histórico está declarado Bien de Interés Cultural. Es una delicia pasear por sus calles, que muestran el tono dorado de la piedra y el color pardo de los tejados. Sorprenden sus numerosas casas señoriales, capillas, ermitas, portales y su bello ayuntamiento renacentista. No hay que marcharse sin recorrer la Calle Mayor, la Plaza de España o el Museo Juan Cabré. Para dormir, podéis elegir entre el Hotel del Sitjar o el Hotel Cresol, ambos en pleno corazón de Calaceite.

6.- Cardona (Barcelona).
Cardona es uno de los pueblos con más historia de Cataluña. La imagen más icónica es su castillo medieval, situado sobre una colina que domina el valle salino y el valle del Cardener. Aquí vivieron los duques de Cardona, la familia más importante de la Corona de Aragón. También son de interés la Iglesia de San Miguel, de estilo gótico; la Colegiata de San Vicente de Cardona, de estilo románico; la Montaña de sal; o la Plaza del Mercado. En una antigua escuela de Carmelitas del siglo XIX, en pleno corazón de Cardona, encontraréis el Hotel Bremon.

7.- Puebla de Sanabria (Zamora).
Otro pueblo para pasar una Navidad de cuento es Puebla de Sanabria, en una zona de rica vegetación protagonizada por el Parque Nacional del Lago de Sanabria y el bosque de Teixedelo. La villa medieval ha sido declarada conjunto histórico-artístico y se sitúa en la ruta del románico zamorano y del Camino de Santiago Sanabrés. Destaca su castillo del siglo XV y las murallas, así como las numerosas casonas solariegas y mansiones blasonadas. Dejaos mimar en el Hotel Las Treixas, que ocupa un antiguo monasterio cisterciense del siglo XIV.

8.- Pedraza (Segovia).
Con el telón de fondo de la Sierra de Guadarrama, Pedraza es una de las villas medievales mejor conservadas de España y alberga numerosos atractivos en sus empedradas calles, como la Puerta de la Villa, la cárcel medieval, la Iglesia de San Juan, sus casas blasonadas o el castillo, construido en el siglo XIII sobre las antiguas fortificaciones romana y árabe. Disfrutad durante estas fiestas de su patrimonio, cultura y recuperad energías en la Hospedería de Santo Domingo.

9.- Úbeda (Jaén).
Enclavada en el Valle del Guadalquivir, frente a la Sierra Mágina, Úbeda presume de ser una de las joyas del Renacimiento Español, y está declarada, junto a Baeza, Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco. Destaca la Plaza Vázquez de Molina, considerada una de las más bellas de Europa. También son de interés la Capilla del Salvador, la Basílica de Santa María de los Reales Alcázares o el Palacio de las Cadenas. Sobre las murallas de la ciudad podréis celebrar las fiestas en el hotel Las Casas del Cónsul.

10.- Mirambel (Teruel).
Otra de las zonas donde proliferan los pueblos con encanto para pasar unas Navidades entrañables es el Maestrazgo. Y si hay que elegir, quedaos con Mirambel, un pueblo medieval cuyo casco histórico está declarado Bien de Interés Cultural. Adentraos en su recinto amurallado, prácticamente intacto, y viajad en el tiempo en sus calles, plazas, casonas señoriales y monumentos de renombre, como el Convento de las Monjas Agustinas, la Casa Consistorial o el Castillo del siglo XIII. Las Moradas del Temple se convertirá en vuestro mejor refugio.