Los 7 mandamientos del buen dependiente

En cualquier negocio, el éxito de la compañía depende en gran medida de la calidad del servicio que se brinda a los clientes. Por eso, si tienes una tienda debes tener en cuenta varios factores que harán que tu clientela vuelva, contenta, a visitarte. Son siete, como los Enanitos de Blancanieves:

Feliz: La importancia de mirar a la cara y sonreír a las personas con las que hablas hace que se sientan realmente escuchadas y valoradas ante sus peticiones y opiniones.

Bonachón: Hay que saludar y dar la bienvenida a cada uno de los clientes y mostrarse cordial con cada uno de ellos. El espíritu de hospitalidad y cordialidad es contagioso.

Tímido: Estar pendiente de las necesidades de los clientes es fundamental. Además de tener la obligación de ayudar a cada persona que necesite algo, es importantísimo dejar la timidez en casa y recabar toda la información precisa para que la venta sea óptima.

Sabio:  Tener capacidad de reacción para solucionar los problemas cuando se presentan. No quedarse bloqueados y saber buscar y organizar los recursos para que el error o el problema quede subsanado lo antes posible.

Gruñon: Adoptar un lenguaje corporal correcto en todo momento. En el trato directo con cualquier persona hay que cuidar no solo las palabras sino también la postura, la expresión facial y la actitud para crear una buena impresión.

Dormilón:  Hacer lo posible para que los ‘sueños’ de los clientes se hagan realidad y que el recuerdo de la compañía y los servicios prestados sean positivos.

Mudito:  No ser parco en palabras. Dar las gracias a los clientes y transmitir el agradecimiento que sientes por la confianza que han depositado en tu establecimiento y tu atención.