Con una frecuencia superior a la que desearíamos, escuchamos hablar del Estrés Post-traumático, trastorno nervioso al que recurrimos cada vez que tiene lugar un grave accidente. Son algunos los mitos que rodean a la sintomatología que sucede tras una desgracia vivida en colectividad: entre otros, la aparición sine qua non de este síndrome.
Dentro del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V), el Síndrome de Estrés Post-traumático se cataloga como un trastorno de ansiedad. Debido a la gravedad de su génesis, clásicamente se ha asociado a episodios tremendamente traumáticos como vivencia de guerras, actos terroristas, torturas o desgracias naturales. Sin embargo, no es patrimonio exclusivo de aquel que haya vivido la tragedia en primera persona: lo puede sufrir cualquiera que haya estado en contacto directo o indirecto con la desgracia.
Incluso puede generarse en personas que ni siquiera hayan tenido relación alguna con el suceso y lo adquieren a través del conocimiento de la noticia. Así lo explica Juan José Miguel Tobal, Catedrático de Psicología de la UCM de Madrid y experto en trastornos de ansiedad. Sus investigaciones sobre las consecuencias del 11-S en Nueva York y el 11-M de Madrid evidenciaron hechos como el que “algunas personas desarrollan la sintomatología sin tener siquiera ningún fallecido cercano”.
Otro de los descubrimientos que constataron desmitifica el Estrés Post-Traumático como principal trastorno: “El trastorno más característico asociado a una situación traumática son los ataques de pánico”, asevera. Seguida de la depresión. Y no sólo en los afectados, sino en la población general, tal y como mostró la investigación de amplio espectro publicada en la revista Ansiedad y Estrés realizada en Madrid, en la que se abordaban distintos segmentos de la población, empezando por los más cercanos a las áreas afectadas al atentado del 11M, continuando por los familiares y allegados, el personal de emergencias implicado en el salvamento, y abarcando también población no afectada de forma directa.
Tras el accidente de Germanwings se esperan, pues, posibles reacciones sintomatológicas en la población afectada, que en realidad somos todos, aunque lo son más los familiares y allegados de las víctimas, a quienes espera lo que se conoce por una “comorbilidad” en la que no existe un diagnóstico puro, sino síntomas de varias afecciones y que necesitarán ayuda profesional en su conjunto para llegar a buen puerto.
El sector de los cruceros ha crecido tanto que hoy en día hay casi un… Read More
Los reyes Felipe VI y doña Letizia han cerrado su semana de actos oficiales en… Read More
Las grandes compañías de lujo han arrancado el año con incertidumbre. Kering ya vaticina caídas… Read More
El Palacio de Buckingham estaría preparando un funeral para Carlos III. Si bien públicamente no… Read More
Tal y como ha comunicado la propia empresa, las ventas preliminares de adidas aumentaron un… Read More
El consumo de vino 0,0 está creciendo de forma imparable. Cada vez son más los… Read More
Este sitio utiliza cookies para prestar sus servicios y analizar su tráfico. Las cookies utilizadas para el funcionamiento esencial de este sitio ya se han establecido.