El reto que le espera a Marta Ortega

Marta Ortega tendrá un salario fijo de 900.000 euros al año, más 100.000 euros por ser consejera del grupo de moda, tal y como ha informado INDITEX en la memoria de retribuciones de la empresa. El todavía presidente Pablo Isla dejará la empresa a finales de mes y ha pactado un finiquito de 26,9 millones de euros.

Además, el fundador y primer accionista de Inditex, Amancio Ortega, ingresará este año 1.718 millones de euros en concepto de dividendos de la compañía, por encima de los 1.294 millones que recibió el pasado año.

Según los datos del 2021, que se hacían públicos la semana pasada, Isla deja la empresa con unas ventas de 27.716 millones de euros, tras un crecimiento interanual del 36 %, y un incremento del beneficio neto del 193%, hasta los 3.243 millones de euros.

Estas cantidades superan de lejos las alcanzadas en el 2020, el primer año de la pandemia, y rozan las del 2019, el mejor de todos los años de la compañía, cuanod consiguió unas ventas de 28.286 millones y unos beneficios de 3.639.

El curriculum de Marta Ortega

Nació en Vigo, el 10 de enero de 1984. Marta es la única hija del segundo matrimonio de Amancio Ortega con Flora Pérez. Estudió en un colegio de La Coruña hasta el bachillerato, que lo hizo en Suiza. Después hizo la carrera de empresariales en la escuela de negocios de la Universidad de Londres, donde se licenció en 2007 con la especialización de comercio internacional.

Al acabar la carrera, empezó su trayectoria dentro de Inditex como dependienta de una de las 445 tiendas Bershka que tenía entonces. En 2007, con 23 años, fue nombrada vicepresidenta de dos sociedades patrimoniales, Gartler y Partler, aunque no tuvo funciones ejecutivas.

En 2008 se mudó a Shangai para ejercer como enlace entre la sede central en La Coruña y el gigante asiático, un punto estratégico para el crecimiento de la empresa. Volvió Galicia, donde ha trabajado en el departamento de desarrollo de producto y diseño de Zara en la sede matriz de Arteixo. También forma parte desde el año 2015 de la Fundación Amancio Ortega como vocal del patronato.

Ahora, el próximo 1 de abril asumirá sus nuevos cargos: auditoría interna, secretaría general y del consejo, y comunicación.

¿Qué le espera al Grupo Inditex ahora?

Hablamos con Javier Soriano y Miguel P. de los Mozos de NostrumCorp, especialistas en ayudar a las empresas en transiciones complejas como estas. «No hay noticias como esta todos los días, lo que nos hace reflexionar y realizarnos algunas preguntas sobre esta sucesión que, en primer lugar, no ha sido muy entendida por los expertos y el mercado. Debemos tener en cuenta que la familia Ortega es propietaria del 65% de las acciones de la compañía. El fundador posee cerca del 60% y su hija Sandra un poco más del 5%. Esto quiere decir que el capital libre para negociar en bolsa está situado alrededor del 35%».

«Aparentemente, la gestión que realiza el actual presidente, Pablo Isla, no se ha considerado la más adecuada para el fututo de la firma. Por ello, el 60% de las acciones han tomado la decisión de sustituirlo, y apostar por la hija pequeña del principal accionista; y nombrar CEO a una persona que solo lleva nueve meses en la compañía, y con una experiencia más jurídica que de negocio», añaden.

«Esta situación ha originado un escenario de luces y sombras que, sin conocer la posición de Sandra Ortega en esta decisión, para el 35% de las acciones que cotizan en bolsa les puede generar grandes dudas e incertidumbres cara al futuro, y hacerse la siguiente reflexión, Inditex es una empresa familiar, pero ¿quién debe de gestionarla? ¿Un profesional con experiencia contrastada o volver a ser dirigida por un familiar?», detallan.

El trabajo de Pablo Isla

«En los 17 años al timón de la compañía, Pablo Isla ha demostrado su visión y capacidad de gestión, haciendo crecer la compañía, mejorando su rentabilidad y valor. De repente tiene que dejar su posición de máximo ejecutivo de la compañía ¿por qué? Se puede llegar a pensar que este cambio es un riesgo que no era necesario asumir en estos momentos y, sobre todo, en esta coyuntura tan compleja que venimos viviendo: crisis económica por pandemia, estancamiento previsible postpandemia, desequilibrios de los mercados financieros, incrementos de los costes energéticos que afectan a todos los procesos de producción y distribución, alta inflación… Y ahora invasión y guerra de Rusia y Ucrania», analizan.

«Obviamente, parece que no era el momento adecuado para esa transición. Además debería haberse realizado con más transparencia para que los inversores en bolsa pudieran tomar sus decisiones con más antelación e información. Tampoco se conoce los intríngulis de la compañía. Igualmente no sabemos si la relación entre el principal accionista y el presidente se había deteriorado, pero, de cualquier manera, la empresa no se puede permitir que eso trascienda al mercado ni internamente, porque podría influir negativamente en la gestión y ambiente de trabajo de la compañía».

El legado de Amancio Ortega

«No se puede discutir la obra realizada por Amancio Ortega. Su conocimiento de las tendencias de los productos, su posicionamiento, el modelo de negocio y la segmentación de sus marcas han sido un acierto que ha contado con el gran reconocimiento de los consumidores. Con anterioridad a la salida a bolsa, Amancio Ortega supo dar un paso al lado, dando entrada a un equipo ejecutivo que ordenara las diferentes empresas y actividades para centrar el futuro del nuevo grupo Inditex. Desde entonces ha sabido rodearse de grandes profesionales con experiencia en la gestión. Éstos y él, con su conocimiento y dedicación a desarrollar producto, han hecho de este grupo una grandísima empresa internacional y con el incondicional reconocimiento de consumidores e inversores. Por este motivo hay que felicitarle sin peros por todo lo logrado hasta ahora», confirman.

«Pero la cuestión en estos momentos es: ¿Estas últimas decisiones tomadas han sido las más adecuadas en tiempo y forma? El tiempo nos dirá», finalizan los expertos.