Harry y Meghan quieren mudarse de su mansión por los malos olores
Harry y Meghan se ven afectados por los malos olores provenientes de una laguna cercana de agua salda que sirve de refugio a las aves locales.
La idílica propiedad que los Duques de Sussex poseen en la exclusiva zona de Montecito, en Los Ángeles, podría no ser un lugar perfecto. El buen clima, la ubicación, sus zonas verdes y su amplia y acogedora distribución interior se enfrenta ahora a algo inesperado para todo propietario. Se trata de los malos olores provenientes de una laguna cercana. Un refugio para aves de agua salada situado a menos de cuatro kilómetros de la casa, a unos cinco minutos en coche, con el que Harry y Meghan no contaban.
En algunas temporadas, el mal olor proveniente de la laguna de Andree Clark inunda algunas las laderas de uno de los barrios más exclusivos de California. Harry y Meghan comparten vecindario casi puerta con puerta con sus amigos Oprah Winfrey, Ellen DeGeneres, Orlando Bloom y Katy Perry.
Harry y Meghan Markle no descartan mudarse de casa
El hedor es comparable, según dicen los vecinos que lo padecen, a desperdicios de comida pudriéndose al sol. Cuando el viento proveniente del mar sopla con fuerza en dirección a las casas, el olor sube por las laderas y los vecinos deben cerrar puertas y ventanas si no quieren sucumbir al fétido aroma de la laguna.
Las autoridades de Santa Bárbara están tratando de solucionar este problema de salud pública, pero no parece que sea un proceso sencillo. Se trata de un lugar protegido y está junto a la autopista de la costa. Auguran incluso que esta situación podría alargarse hasta el otoño y que podría haber picos de elevada molestia si las condiciones climáticas no son las adecuadas.
A principios de este año se informó que Harry y Meghan estarían buscando una nueva casa. No estarían muy conformes con la actual ubicación de su residencia. Una vivienda valorada en unos 14 millones de dólares que está algo alejada además del verdadero centro neurálgico de Los Ángeles. Harry y Meghan buscarían ahora una residencia algo más pequeña. La mansión, que posee nueve habitaciones, piscina, cancha de tenis y un amplísimo jardín, también tiene ahora un problema de olores con el que no contaba la pareja.