Adopta un abuelo, la Fundación que comparte tiempo de calidad con nuestros mayores
Adopta un abuelo: “Debido a la pandemia desarrollamos en solo 15 días una plataforma que conectaba a personas mayores y jóvenes que querían acompañarles”.
Muchas personas no han podido tener la suerte de disfrutar de la compañía de sus abuelos, y viceversa. Es por ello, que Alberto Cabanes fundó Adopta un abuelo, un programa intergeneracional de acompañamiento entre personas de la tercera edad y jóvenes voluntarios.
Antes de la situación actual del Covid-19, «el 60% de las personas mayores que vivían en residencias no recibían visitas». Un dato que se agrava actualmente. Hemos hablado con Alberto para que nos cuente cómo están afrontando la situación y las nuevas acciones que tienen entre manos.
Anímate a adoptar un abuelo
The Luxonomist: ¿Cómo surgió esta Fundación?
Alberto Cabanes: Adopta un abuelo surge por una experiencia personal. El señor Bernardo vive en la residencia de ancianos de mi abuelo. Un día me contó que era viudo y no tenía descendencia, pero que su mayor deseo era haber tenido un nieto. En ese momento yo lo adopté como mi abuelo. Luego empecé a poner en contacto a jóvenes para que hicieran lo mismo con personas mayores… y así nació.
TL: ¿Cómo está afectando el coronavirus a la labor de la Fundación?
AC: Estamos viviendo momentos muy complejos, ya que tristemente algunas de las personas mayores a las que atendíamos han dejado de estar con nosotros. En cuanto a operatividad, hemos pasado de un modelo 100% físico, en el que establecíamos visitas en residencias, a un programa online. En 15 días desarrollamos una plataforma con un teléfono virtual en la nube, que conectaba a personas mayores que estaban solas con jóvenes voluntarios que querían acompañarles y estar con ellos.
La parte positiva de esto es que hemos multiplicado por 5 el impacto. Durante el confinamiento hemos acompañado a más de 2.000 personas mayores y llevamos ya más de 300.000 minutos de compañía a esas personas (unos 208 días). Estamos muy contentos por el desarrollo tecnológico y el impacto que hemos tenido. Pero es un sentimiento un poco agridulce porque al final el colectivo que atendemos ha evidenciado su vulnerabilidad. A su vez, esto nos da mayor fuerza para seguir trabajando y dar lo mejor de nosotros para acompañarles y mejorar su calidad de vida.
Tenemos mucho que aprender de los abuelos
TL: ¿En qué consiste el programa que ofrece Adopta un abuelo?
AC: Es tan sencillo como conectar dos personas jóvenes con una persona mayor que necesita compañía. El objetivo es doble. Por un lado, que la persona mayor se sienta escuchada, acompañada y querida. Y por otro, que los jóvenes, como en mi caso con Bernardo, aprendamos toda esa sabiduría y esos valores de las personas mayores. Son unos maestros de vida. El objetivo final es un intercambio de conocimiento entre generaciones. Tenemos un departamento exclusivo que se dedica a hacer entrevistas, una evaluación técnica y social para ver cuál es el mejor emparejamiento. Finalmente, realizamos el seguimiento y la evaluación, ya que nuestra misión es generar vínculos de calidad a largo plazo.
TL: Son varias las celebrities que se han unido a esta iniciativa como Miguel Ángel Muñoz. ¿Cómo repercute esto en vuestro proyecto?
AC: Desde aquí le doy las gracias a Miguel Ángel porque no es la primera vez que colabora con nosotros. Él tiene ese sentimiento con su Tata. Y eso, además de darnos mayor visibilidad en redes sociales, también genera un impacto positivo en la sociedad. Sobre cómo debemos tratar a las personas mayores. Él transmite ese sentimiento de admiración y respeto hacia los mayores. El mismo que tenemos en Adopta un abuelo.
Adopta un abuelo tiene pensado expandirse a otros países
TL: ¿Qué es lo más gratificante que te ha pasado durante todo este tiempo con la Fundación?
AC: Lo más gratificante son los mensajes. Tenemos un equipo de Story Builders encargado de gestionar cada relación. Tenemos un canal interno por el que nos mandan diariamente muchísimos mensajes de agradecimiento. Este es el motor que nos hace seguir avanzando. Porque ha habido una entrega de valor con la que ves que estás transformando las vidas de las personas.
TL: ¿Pensáis expandiros a otros países?
AC: Sí, deseamos llegar a más países. Ahora trabajamos en la tecnología necesaria para poder dar este escalado masivo. Aunque seamos un proyecto social, internamente trabajamos como una empresa que analiza todas las métricas. Nos quedan muchos meses todavía para mejorar esas experiencias. Estamos desando poder sacar el proyecto fuera de España, conectar a todas las personas mayores del mundo y generar la tecnología necesaria para hacerlo.
Una nueva iniciativa junto a innocent
TL: Además, traes un nuevo proyecto de la mano de innocent, una marca de zumos naturales y la marca We are The Knitters, una marca de kits para tejer. ¿En qué consiste?
AC: Esto es una ocurrencia de innocent. Nos contactaron por segundo año para desarrollar la campaña ‘El gran gorrito’. Consiste en tejer tu gorrito gracias al kit que propone We Are Knitters y por cada venta de smoothies con esos gorritos hay una donación de 20 céntimos. Este importe lo invertimos en acompañar a personas mayores. La verdad es que estamos encantados con todos, y muy agradecidos con el equipo de innocent. Son unas personas maravillosas.
Por otra parte, desde The Luxonomist hemos hablado con Alba Calatayud, para conocer más en detenimiento sobre esta campaña. Alba es la Brand Manager España y Portugal de innocent, la marca británica de bebidas saludables que lleva más de 20 años en el mercado.
El gran gorrito de innocent
TL: Sobre la acción El gran gorrito. ¿Cómo se os ocurrió esta iniciativa?
Alba Calatayud: La campaña de ‘El gran gorrito’ se originó hace mucho tiempo, en Reino Unido, en torno al año 2002. Por aquel entonces nadie había tomado en serio la idea de Adam, uno de los fundadores de innocent, que se encargaba de encontrar un nuevo plan promocional para las tiendas inglesas. ‘¿Colocar pequeños gorritos en nuestros smoothies? ¡Eso nunca funcionará!’, dijeron. Pero resulta que, desde ese mismo año, hemos recibido millones de gorritos en toda Europa y donado más de 15 millones de euros a obras sociales.
Por eso, decidieron crear esta campaña con la que cada invierno vestimos a nuestros smoothies con pequeños gorritos para asegurarnos de que no pasen frío. Para ello, le pedimos a muchas personas solidarias que tejan pequeños gorritos de lana hechos con mucho amor y los envíen directamente a nuestras oficinas. Nosotros nos encargamos de ponerlos en nuestros smoothies y por cada botella vendida con gorrito donamos 0.20€ a una asociación destinada a ayudar a nuestros mayores.
TL: ¿Cuáles fueron las razones por las que habéis elegido Adopta un abuelo como asociación para donar en este proyecto?
Alba Calatayud: Entre los objetivos de la empresa se encuentra el de ayudar a la gente a vivir bien y a morir viejo. Y pensamos que encontrar una asociación dedicada a las personas mayores podría ayudarnos a lograrlo. Por lo que empezamos a colaborar con Adopta un abuelo, el candidato perfecto, ya que llevan años ayudando a que las personas mayores se sientan acompañadas.
Iniciativas solidarias para ayudar a los que más nos necesitan
TL: ¿Qué acciones afines habéis hecho en los otros países?
Alba Calatayud: Donamos el 10% de todos nuestros beneficios a la Fundación innocent, que colabora con ONGs en todo el mundo para luchar por la desnutrición infantil en diferentes proyectos. Asimismo, formamos parte de la comunidad Bcorp. Un certificado que muestra un nuevo modelo de empresas que cumplen con los más altos estándares de desempeño social y medioambiental. Por supuesto transparencia pública y responsabilidad empresarial para equilibrar el beneficio con el propósito. Supone un cambio cultural que busca redefinir el éxito empresarial y construir una economía más inclusiva y sostenible.
Otra campaña interesante fue la llamada Ayuda a las abejas. Consistía en incluir las llamadas bolsitas de abeja con cada zumo innocent. Estas bolsitas contenían tierra y semillas, para animar a la plantación de flores por parte de los consumidores en sus balcones, jardines, o incluso en la calle. Un acción para promover la diversidad de flores, tan importante para la supervivencia de las abejas.