Todos los que hemos visto el documental de Georgina Rodríguez hemos podido comprobar que la influencer es una apasionada del baile y, en concreto, del ballet. Una afición que empezó siendo muy pequeña y que ahora, a sus 29 años, ha decidido retomar. Sin embargo, Georgina ha preferido dejar de lado el ballet y ampliar sus conocimientos de baile con nuevos estilos en los que ha sacado su lado más sensual y atrevido.
Este fin de semana las redes sociales han ardido y la responsable ha sido Georgina Rodríguez. La influencer reaparecía en su Instagram para contarnos que había empezado a tomar clases de baile. En concreto, Geo compartía con sus seguidores un fragmento de su clase de bachata. Un clip grabado en el gimnasio de su casa y en el que movía las caderas demostrando que lleva el ritmo en la sangre.
En el vídeo, la influencer aseguraba que se trataba de la primera clase de bachata que daba en su vida, pero se la podía ver muy resuelta, siguiendo cada uno de los pasos que le marcaba la profesora. Y es que tras practicar ballet cuando era pequeña, parece que Georgina aún mantiene la disciplina y las capacidades de bailarina.
Sin embargo, Geo se ha tomado muy en serio lo de volver a bailar y, además de bachata, ha empezado a practicar twerking. Se trata de un estilo de baile muy de moda en los últimos años y que se basa en el movimiento de cadera y glúteos, sin apenas despegar los pies del suelo. Un estilo que ha llegado desde América Latina y que no es sencillo de practicar.
Sin embargo, parece que a Georgina no se le resiste nada, y después de unas horas practicando ya era capaz de seguir todos los pasos que le marcaba el profesor. Incluso nos mostraba en un vídeo un poco de freestyle y su buen hacer con el movimiento de caderas.
Aunque apenas acaba de empezar a bailar, Georgina Rodríguez está encantada, y no puede su sonrisa. Y es que para ella la danza siempre ha sido muy importante. “Para la disciplina y el alma yo creo que es lo mejor. A mí el ballet de pequeña me ayudó mucho. En mi infancia fue la clave, mi vía de escape. Me ayudó a evadirme de muchas cosas”, contaba en su documental.
“Sin duda la maestra de mi vida fue la danza. Te enseña a saber que te enseñen, a saber compartir, a que nadie te regala nada. Para mí el baile significa todo. Sé que soy lo que soy gracias al ballet. En momentos oscuros me iluminó, fue la luz de mi vida, así que le agradezco muchísimo a mi madre por haberme apuntado”, afirmaba.
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