Las paredes del clausurado Hotel Foxá M-30 ocultarán para siempre las historias de los visitantes que atravesaron su imponente hall: desde cuadrillas de toreros a bodas de ciudadanos chinos y concursos de bachata. Cuatro años después de su cierre, el Grupo Ibosa ultima los trámites para comenzar las obras de reforma y transformación del inmueble en Torre Borealis, un complejo de 74 viviendas de alto ‘standing’.
Pocos detalles delatan que el edificio de 16 plantas que albergaba el Hotel Foxá M30 lleva años clausurado. Pese a estar cerrado desde 2013, solo la falta de las banderas en su entrada y el trajín de huéspedes típico de un hotel confirman el fin de su actividad si se viene circulando por las calles M-30 o Arturo Soria.
Pero desde hace un año, dos grandes lonas publicitarias informan que el hotel se convertirá un complejo de 74 viviendas de lujo, desde estudios a pisos de cuatro dormitorios, con piscina, gimnasio y zona ‘chill out’. La gestora de coooperativas, Grupo Ibosa, ultima los trámites para comenzar las obras de rehabilitación y transformación del inmueble en la nueva Torre Borealis.
Inmaculada Pérez, subdirectora de promociones del Grupo Ibosa, explica porque su gestora se ha decidido a rehabilitar y cambiar el uso de un hotel a viviendas. “Ha sido años duros para el sector inmobiliario. Sobre todo, por la falta de financiación al promotor. Nosotros estábamos buscando nuevas oportunidades de negocio y nos abríamos a otros campos. Y, ¿por qué no una cooperativa decidiera rehabilitar un inmueble?”.
La compañía lanzó las primeras promociones hace un año y desde entonces ha tenido una gran aceptación. “Quedan ya muy pocas viviendas en venta. Tenemos desde estudios de un dormitorio por menos de 200.000 euros, a dúplex de tres dormitorios de 155 m2 por 530.000 euros y pisos de cuatro dormitorios y casi 200 m2 por 830.000 euros”, concreta Inmaculada Pérez.
La Torre Borealis contará además con amplias zonas comunes, piscina, gimnasio, seguridad y portero físico. Los áticos podrán tener terrazas de 120 m2, mientras los bajos contarán con zonas privadas de 66 m2.
“En los próximos días tendremos una reunión con todos los cooperativistas para iniciar los trámites para la ampliación del préstamo al promotor, y con eso, ya tenemos firmado contrato de obra con Inbisa, se firmará el acta de replanteo y empezará la demolición”, confirma Inmaculada Pérez.
La obra de reforma del hotel pasa por una demolición parcial del edificio en la que se mantiene la estructura central del inmueble. La obra nace desde este esqueleto y partir de su sólido capaz, el volumen permitido por el edificio, se levantará la edificabilidad permitida para la nueva promoción sobre sus 7.500 metros cuadrados.
“La estructura central se mantiene, pero hemos sabido rentabilizar los condicionantes, positivarlos y aprovechar las diferencias de este inmueble singular”, destaca la subdirectora de promociones. “En cuanto empiecen las obras se prevén 14 meses de desarrollo de la obra y para finales de 2018, comienzos de 2019 se podrán entregar las primeras viviendas”.
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