Carmen Calvo y la ofrenda de los recuerdos

Todo procede de la sinrazón, título de la muestra comisariada por Alfonso de la Torre, reúne 77 obras entre pinturas, esculturas, collages, dibujos e instalaciones que sintetizan casi 50 años de trabajo (de 1969 hasta 2016) de esta artista valenciana. Un mundo creativo complejo, donde el feminismo y la crítica social, moral y religiosa, se entrelazan con una puesta en escena de una rotundidad plástica y estética suficiente e independiente por sí misma.

Los materiales son extremadamente diversos: piezas de barro cocido, mechones  de cabello, cuchillos, muñecos, ojos de cristal, antiguas pizarras de escuela, llenan el espacio de Alcalá 31.

La muestra está articulada en cinco secciones que corresponden a otros tantos periodos de tiempo y a diferentes maneras de representar las ideas que han estado presentes a lo largo de su vida, aunque la unidad y conexión de todas sus obras hace que la lectura del trabajo de Carmen Calvo y su personalidad artística sea menos esotérica de lo que puede parecer y fácilmente identificable.

Uno de estos capítulos, Una arqueología de lo imaginario, perteneciente a los años 70, lo conforman grandes lienzos sobre los que se acumulan pequeñas piezas de barro cocido y objetos pegados o cosidos sobre ellos. Tan naturalmente como un pintor  usaría un pincel y pintura, Carmen Calvo «pinta» con objetos, evoca un paisaje, hace referencia a una pintura de Van Gogh o simplemente realiza una composición abstracta de una ductilidad poética muy personal. Una reflexión sobre el propio sentido de la pintura, los elementos que la componen y el significado que tiene.

Toda la muestra respira a través de las diferentes obras las obsesiones tanto formales como conceptuales de la artista. Los recuerdos, la repetición, acumulación y el redescubrimiento de los objetos a los que dota de significados paradójicos, son una característica de su personalidad creadora. El feminismo, la crítica social, las costumbres y los vicios, la maldad y la violencia son temas recurrentes en toda su trayectoria.

Escena de la caza, pintura temprana, de 1969, con la que se abre la exposición, es el reflejo de la violencia humana, concretamente la violencia de género. También está presente en la muestra una de las piezas más representativas, Una conversación, realizada para la Bienal de Venecia de 1997: a modo de santuario, una habitación cuyas paredes, suelo y techo simulan espejos, está repleta de objetos que como exvotos cuelgan y se acumulan por todo el espacio.

Canibalismo de las imágenes es otro de los apartados que conforman esta exposición, donde grandes fotografías, en blanco y negro, algunas en negativo, de escenas de  nuestro reciente pasado rural, pobre y religioso, son manipuladas, añadiéndoles pintura y objetos que las transforman en imágenes inquietantes. La exposición incluye también un contenido multimedia donde se recogen fragmentos de películas y preferencias musicales de la artista, reconocida cinéfila, que acerca al espectador el mundo de la creadora.

Carmen Calvo, Premio Nacional de Artes Plástica en 2013, es una de las artistas españolas de mayor prestigio internacional. En 2014 fue nombrada Académica de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia. Su obra está presente en los museos y colecciones más reputadas.

Fotografías: Comunidad de Madrid.