La dama de oro

Aunque nos hemos ido acostumbrando a las constantes inmoralidades diarias, esta película memorable y emotiva consigue que todavía podamos creer en un mundo mejor y más justo. Dentro de los miles de desmanes y atropellos de los nazis durante la II Guerra Mundial, está el que robaron a manos llenas todo lo valioso que encontraban a su paso, como las obras de arte que guardaba una familia judía en una majestuosa casa de Viena. Y entre esas obras destaca el cuadro mítico “Retrato de Adele Bloch-Bauer I’”, de Gustav Klimt, también llamado “La Dama de Oro”, que es el leit motive de la película.

La posibilidad de que aquel cuadro confiscado en la guerra pueda volver a manos de sus dueños parece un imposible por el que pelean en una batalla legal hasta el final. La dirección corre a cargo de Simon Curtis (Mi semana con Marilyn), que consigue una naturalidad y sencillez acorde con la historia. Es interesante especialmente la mezcla de imágenes del presente, donde la protagonista regenta una tienda de ropa clásica en EE.UU., con las de su infancia en Austria, las de una niña tímida que pasó de ver cómo paseaban por su opulenta casa grandes artistas e intelectuales, a que el Tercer Reich esquilmara todas las obras de arte que albergaban sus muros.

El guion es de Alexi Kaye Campbell y se basa en una historia real. Es una trama muy elaborada y efectiva que va in crescendo a lo largo de la película. Pocos actores en el reparto, pero entre ellos destaca una Helen Mirren genial (ganadora del Oscar por La Reina), que interpreta a la perfección su papel, sobre todo cuando tiene que enfrentarse a aquellos años de dolor y  remover los cimientos de su triste e inolvidable pasado.

Os aconsejo que veáis este largo que cuenta una parte conocida de la historia pero desde un punto de vista distinto, original y convincente. ¡No te la pierdas! 5 *****