Jugar, aprender y curarse en casa

Cuando Pepe fue diagnosticado de su enfermedad rara – básicamente desaprende por las noches lo que aprende durante el día-, los expertos también observaron que tenía un alto déficit de atención e hiperactividad. Ambas enfermedades eran producto/consecuencia de la suya y, teniendo en cuenta la cantidad de medicamentos experimentales que toma, la decisión fue no tratarle médicamente ambos desórdenes.

Había que ‘inventars’ juegos para mantener a Pepe primero sentado y después, centrado. Lo normal es que los niños puedan aguantar entre 35 y 45 minutos ‘enfocados’ en una clase sin necesidad de llamarles la atención. En el caso de los niños con dificultades de desarrollo y de aprendizaje, estos parámetros no son comparables. Ni de lejos. Pepe por ejemplo sólo podía estar sentado – literalmente su cuerpo no le permitía más tiempo- un minuto y medio. Incrementar su capacidad de ‘enfoque’ y de estabilizarse sentado en una silla era todo un reto. Y me compré un reloj de arena.

Varias son las razones terapéuticas de los relojes de arena, la primera el mero movimiento de ver la arena caer de un lado al otro llama la atención de los niños. Durante semanas estuvimos ‘practicando’ para ver cómo caía la arena… un minuto, dos minutos, tres minutos… Hay relojes de arena para niños que ya vienen de fábrica con ‘el minutero’ incorporado.  Para que los niños sean capaces de aprender tienen que tener capacidad de enfocarse al menos 10 minutos seguidos en una sola actividad. Pueden tardar meses en conseguir este hito, ¡pero es posible!

Al principio era sólo ver caer la arena, luego era hablar mientras caía la arena y finalmente, intentar hacer cualquier otro ejercicio dominado por el ‘control’ del reloj de arena. Como la sillas normales no ayudan a estos niños y niñas a concentrarse, compré a Pepe una especie de ‘cojín’ para ayudarle a mantenerse sentado durante más tiempo. Estos cojines de aire son utilizados en la mayor parte de los colegios de educación especial, desde luego, en Nueva York. También hay sillas especiales que ayudan a estos niños y niñas a mantenerse sentados cuando, literalmente, su cuerpo no les permite ‘aguantar’ en una misma postura, el es mas de la sillita Ergo Ergo.

Para practicar las letras y mover los dedos al mismo tiempo – algunos de estos niños pierden la sensibilidad en las extremidades que comienza por no sentir los dedos (bien por su enfermedad, bien como efecto secundario de los tratamientos farmacológicos), a mí me han dado un resultado estupendo la plastilina de toda la vida y los kits de arena para formar letras con las manos:

Y por supuesto, no te lo dirán pero desde el diagnóstico de cualquier enfermedad con problemas de desarrollo que también afecta a la movilidad, practicar el ‘gateo’ es fundamental. Hay que volver a gatear en casa con nuestros hijos. Haz carreras de gatear con ellos, cada vez más lejos. Si tienes más hijos, involúcralos en las carreras… Gatear es fundamental para coordinar las extremidades (piernas, brazos, manos y pies), para ir en línea recta obligando al cuerpo y a la columna vertebral a mantenerse en línea recta, y fortalece el cuello y la agudeza visual.

Tips de la semana:

• Convierte tu casa en el salón de juegos de tu hijo o de tu hija.
• Organiza un espacio en su habitación o en cualquier habitación de la casa para tener todos sus juguetes y materiales para aprender jugando. Cualquier gesto es en sí mismo un ejercicio: ordenar los cuentos por alturas en una estantería, ordenar los libros por colores… Ordenar y desordenar es un juego estimulante maravilloso.
• No desesperes, lo que al principio parece un suplicio, se convierte en un hábito que les facilita organizar sus cerebros.

• Ordenar y desordenar cajones y su armario de la ropa. Lo que parece una tontería implica un esfuerzo no sólo físico, sino visual. Empieza por algo fácil, por ejemplo la ropa interior y los calcetines. Ordenar por tamaños y por colores. Es importante que todo ‘esté a la vista’. Busca estanterías abiertas, a las que sea fácil llegar y que veas si todo queda ordenado o no.
• Intenta hacer las mismas cosas a las mismas horas. Eso ayuda a los niños a tener un ‘horario’.