El hotel colgante de Perú donde dormir a 400 metros sobre el Valle Sagrado de Cuzco
En Perú existe un hotel que te dejará sin respiración, o te permitirá respirar el aire más puro posible (es cuestión de perspectivas), por su increíble posición en un acantilado.
Las experiencias transforman la entereza de las personas. Existen muchos factores íntimos que alivian o generan presión sobre nosotros, pero es indudable que, como especie, nos sentimos atraídos inexorablemente hacia lo desconocido. La mayor prueba la tenemos a nuestro alrededor. Nada de lo construido por los seres humanos sería posible sin esa interacción con lo peligroso, con lo oculto o lo desconocido. Prueba de ello son algunas construcciones como el hotel colgante de Perú del que hablaremos hoy. Una proeza arquitectónica donde solo los valientes se atreven a pernoctar.
El Skylodge Adventure Suites está en Perú
Hablamos del increíble Skylodge Adventure Suites, un hotel colgante que se ubica a, nada más y nada menos que, 400 metros de altura sobre el río Vilcanota, en Perú.
Claro que su mayor mérito no es ubicarse en esa altura, sino estar suspendido sobre un acantilado en las montañas. Con vistas sobre el Valle Sagrado de Cuzco, para llegar a él hay que escalar 122 metros o transitar un peligroso sendero usando tirolinas… ¡¡sin palabras!!
Increíbles vistas al Valle Sagrado de Cuzco
Una vez superado el “pequeño” obstáculo del tránsito podrás reposar en unas cápsulas con paredes transparentes. Son las habitaciones de este particular hotel que, desafiantes, cuelgan sujetas las rocas del precipicio. Estas habitaciones colgantes poseen cuatro camas, comedor y baño, lo que permiten una capacidad total de 12 personas (son tres suites y el restaurante o zona común).
La ubicación del acantilado tiene vistas al Valle Sagrado de Cuzco, con la peculiaridad de poder disfrutar de la estrellada Vía Láctea por la noche. Las dimensiones de las cápsulas son de 7,3 metros de longitud por 2,4 metros de altura y están fabricadas en aluminio aeroespacial y policarbonato de alta resistencia, mucho más resistente y seguro que el cristal.
Ofrece una una manera diferente para acercarse al mundo de la escalada
La entrada y salida de la habitación se efectúa por la parte alta, por lo que la sujeción con arnés al salir es obligada. Dentro sí puedes librarte de este elemento y disfrutar de tu tiempo viendo las magníficas vistas a través de las seis ventanas practicables. La entrada y salida de aire se realiza por cuatro conductos de ventilación que regulan la calidad del interior.
El complejo está muy sensibilizado con el medio ambiente, por ello su sistema de iluminación principal es a base de paneles solares que almacenan la carga en baterías encargadas de suministrar el preciado bien. El hotel abrió sus ventanas (es más apropiado que puertas en este caso) en el año 2013 y desde entonces ofrece una magnífica oportunidad para aproximarse al deporte de la escalada.
La habitaciones del hotel colgante están unidas a la montaña de Perú con cables tensores
El baño también tiene paredes de cristal, con lo que la madre naturaleza posee tantas vistas de ti como tú de ella (empate). Pero, tranquilidad, que la cápsula posee cortinas en todas sus paredes para poder cercenar las vistas, ya sea para que no nos interpelen la curiosa mirada de los cóndores del lugar o ya sea para que la intensa luz no nos moleste en exceso.
Por supuesto la física tiene mucho que ver con la construcción de estos increíbles espacios. Dos elementos son los que sostienen los receptáculos en posición horizontal, uno son los cables tensores que, anclados a la montaña, sujetan por medio de la tensión. Es decir, que la transmisión de fuerzas se hace por forma homogénea en todo el cable y la absorción de fuerzas viene del punto de anclaje.
Este hotel posee zonas comunes de restauración
Para tranquilidad de los usuarios, los anclajes mecánicos y químicos funcionan muy bien sobre elementos de roca; máxime cuando son varios los cables de acero que sustentan las cápsulas. Por otro lado, sobre las cápsulas se ubican unas pasarelas de llegada con travesaños sujetos a la roca y a las suites, que ayudan a soportar el peso por apoyo.
En la zona pública o común del hotel, donde se ubica el restaurante, vemos que unos delgados pilares soportan la transmisión de cargas trabajando a compresión. La forma de los recintos también evidencia la necesidad de aprovechar al máximo el espacio, generando el menor peso posible, por ello la utilización de madera o aluminio (mucho menos pesados que el acero).
Con todo, este hotel colgante en uno de los valles más especiales de Perú parece un lugar fantástico para disfrutar de la Vía Láctea, para comenzar el aprendizaje del deporte de la escalada, para disfrutar de la naturaleza más abrupta o, simplemente, para desconectar del ruido exterior y reconectar con el interior, que es, también, una valiente forma de afrontar el futuro.
Imágenes cedidas por Nature Vive.