¡Cambio de armario también en tu coche!

De una manera o de otra, el mundo del motor y el mundo de la moda pueden estar ligados. ¿Por qué cambiar en nuestro armario la ropa de verano por la de invierno cuando llega el frío y no cambiar en nuestro vehículo los neumáticos de verano por los de invierno? Tal vez esta no es una práctica muy común en nuestro país, pero no por ello deja de ser algo a tener en cuenta cuando bajan las temperaturas. Gracias a Bridgestone hemos podido profundizar en este tema que para muchos es un gran desconocido, examinando y testeando su modelo Blizzak LM25.

El evento llamado The Cool Experience comenzaba en Barcelona, concretamente en el Icebar, un lugar ideal para presentarnos este tipo de neumáticos a una temperatura de -7º. Y hablando de temperatura, debemos decir que el uso de estos neumáticos es recomendable cuando circulemos en zonas que sea iguales o inferiores a 7º, permitiendo un mayor agarre sobre superficies heladas o mojadas, por lo que su uso no se limita solo a circular por nieve, basado en un falso mito. El cambio de neumáticos es recomendable desde el mes de octubre al mes de marzo y aunque supone un mayor coste económico, no debemos de olvidar que el neumático es un elemento de seguridad y el nexo de unión entre el vehículo y la carretera.

Las diferencias entre un neumático de invierno y otro de verano están principalmente en el compuesto y el diseño de la banda de rodadura. Frente a un neumático de verano que con el frío se vuelven duros y pierden flexibilidad, los de invierno soportan mejor las temperaturas obteniendo un mayor control del vehículo. La distancia de frenado es casi tres veces menor, haciendo que circulemos más seguros incluso en condiciones extremas, pudiendo seguir nuestro camino sin necesidad de instalar cadenas cuando se nos presente una nevada de forma repentina.

Esto lo pudimos apreciar en una ruta que realizamos por una carretera de montaña a los mandos de un Fiat 500 X, que nos llevaría hasta nuestro alojamiento, una masía del siglo XV situada cerca de Suria a unos 90 kilómetros de Barcelona, donde la temperatura era más bien baja. A la mañana siguiente pudimos comprobar el funcionamiento de estos neumáticos en el circuito Parcmotor de Castellolí, en el cual realizamos diferentes actividades sobre superficies secas y mojadas con neumáticos de verano y neumáticos de invierno.

En efecto, la diferencia se nota cuando pruebas los dos neumáticos. En la frenada con superficie mojada pudimos comprobar que a la hora de clavar los frenos, el coche se detenía en un tiempo inferior con los neumáticos de invierno y a la hora de tomar una curva el agarre prima sobre el deslizamiento, pudiendo completar la trazada de una forma sorprendente. En definitiva, son neumáticos que mejoran el comportamiento y la seguridad en diferentes superficies, que combinado con la revisión de otros elementos como la batería, los frenos o los limpiaparabrisas, estaremos preparados para combatir el inverno con nuestro cambio de armario.