Asientos futuristas para garantizar vuelos sin contagios
Una empresa californiana diseña un asiento que garantiza la distancia social en los vuelos sin que las aerolíneas pierdan pasajeros.
La pandemia sigue agudizando el ingenio de muchos. En este caso del sector aeronáutico, uno de los más golpeados por las medidas de confinamiento adoptadas para frenar la expansión de Covid-19. El empresario Jeff O’Neill busca inversores para conseguir sacar adelante un proyecto que podría revolucionar el diseño de las cabinas de los aviones. Está al frente de Zephyr Aerospace, una compañía afincada en California y que ha visto la oportunidad de negocio en medio de la pandemia.
O’Neill lleva recaudados casi medio millón de dólares, aportados por casi 2.000 inversores. En pocos meses desde que hiciera público su proyecto, ya ha iniciado conversaciones con las principales aerolíneas y fabricantes del sector (Airbus y Boeing) para desarrollar su proyecto.
Este asiento garantiza la distancia social en los vuelos
A todos ellos les ha propuesto modernizar gran parte de su flota, parada en muchos casos debido a la falta de clientes y aumentar si cabe la seguridad a bordo. Todo gracias a un revolucionario asiento compatible con el distanciamiento social que hará nuevamente atractiva la experiencia de volar para muchos viajeros.
Los asientos individuales tendrían la característica de poder situarse a cada lado del pasillo central del avión e incluso en dos plantas, accesibles mediante una pequeña escalera, a modo de litera. Jeff O’Neill y su equipo consideran que su sistema optimiza incluso el espacio a bordo y revolucionaría las diferentes clases de billetes disponibles.
Se ampliaría el atractivo para volar
Creen que la business ha perdido atractivo con la pandemia y su opción sería perfecta incluso para popularizar los viajes low-cost de largo recorrido. «Nuestro diseño permite a los pasajeros el uso multifuncional: acostarse completamente, descansar o sentarse erguidos con las piernas completamente extendidas» dicen desde Zephyr.
«Lucho con traspasar la responsabilidad a otros. Soy un perfeccionista y creo en tener una mano en cada parte del negocio», asegura Jeff O’Neil. Un joven emprendedor cuya principal manía es beber cuatro litros de agua al día y que podría tener la llave para revolucionar un sector que ahora piensa más en el cómo volar que en el dónde volar.