Casa Bonay, una galaxia con muchos universos

Mientras navegaba por mi propia ciudad vi la presencia destacada de Casa Bonay en la Gran Vía de Barcelona, entré y pude entonces entender, a través de sus mil y un rincones, cómo se produjo la reinvención de un hotel sorprendente.

Isabel Chuecos-Ruiz. 29/09/2022
Foto: Casa Bonay

Doy testimonio de ello, este hotel boutique enciende tu curiosidad nada más entrar. Diría que se trata más bien un concepto, de un modo de vida, porque Casa Bonay es un hotel ecléctico, alternativo y colaborativo que quiere marcar la diferencia y cuyo lema es: «Estáis en vuestra casa».

Y cómo no, ha querido desmarcarse de ser considerado el típico hotel tradicional. Su valor está en su filosofía sustancial, que es en definitiva la de sus promotores Inés y Luis. Ésta tiene mucho que ver en la personalidad del lugar, la de aquellos que se atreven a ser ellos mismos. Y tanto el hotel como ellos comparten los mismos principios de singularidad, de ahí que Casa Bonay sea un ejemplo de ello.

 

Un edificio con historia

Nos encontramos ante un antiguo edificio modernista que data de 1869. Fue levantado por Antonio Bonay, un empresario catalán dedicado a la industria maderera, exactamente en la Gran Vía de les Corts Catalanes número 700 (cerca de la plaza de Tetuán).

Se plantea como un hotel no tan orientado al turismo, sino que busca una conexión con el barcelonés que es del barrio o viene a él. Un lugar lleno de pequeños detalles que te hacen sentir estar como en casa. Si este era el hotel de los negocios, Casa Bonay es el hotel de los creativos y los emprendedores.

Inés Miro Sants
Inés Miró-Sans creadora del concepto Casa Bonay

Una reforma muy personal

Hace años que a Inés Miró-Sans se le pasó por la cabeza reformar este magnífico edificio convirtiéndose el proyecto en su trabajo TFC. Aunque no se hizo realidad hasta que tras un largo periplo de reuniones con inversores, búsqueda de artistas paisajistas y diseñadores, ella y Luis Rullán se asociaron. Este último con gran bagaje en el mundo hotelero y de la mano de grupo Ace, llevaron a cabo este ambicioso proyecto. Tras dos años de permisos, obras e imprevistos, fueron dando soluciones a la complejidad del edificio.

En el corazón del Ensanche barcelonés aparece como resucitado del pasado. La transformación tuvo lugar en 2016 cuando fue restaurado en su totalidad por el Studio Tack de Nueva York quienes quisieron respetar el espíritu original del edificio. La premisa era conservar elementos arquitectónicos clave como la fachada neoclasicista para mantener las características originales de la propiedad con habilidad y coherencia, respetando al máximo la antigua estructura.

hotel casa bonay entrada
Escalera de mármol de acceso al hotel y entrada al hotel rehabilitado. 

No era sencillo conservar el tesoro de suelos hidráulicos, techos y suelos, las viejas chimeneas, las puertas correderas originales, y así sucesivamente. Solo realizaron un cambio, crear un patio de luces para dotar de una iluminación natural a todas las estancias.

Cuesta imaginar cómo era la vida en aquella casa pero hay detalles que sirven de señuelo para dejar ver que efectivamente el edificio está en conversación con la ciudad. Uno de ellos es la entrada que conduce al hotel a través de lo que anteriormente era la entrada de las cocheras como una extensión de la calle. Otra, la presencia de una elegante pieza de iluminación del Estadio Olímpico de Barcelona diseño de Miguel Milà que sorprende a primera vista al viajero bajo la privilegiada escalera de mármol original de la entrada.

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Una de las 67 habitaciones de Casa Bonay

La luz natural, clave de las habitaciones

El hotel boutique cuenta con 67 habitaciones, todas muy luminosas. Resulta difícil elegir: las hay dobles y triples, con vistas al típico patio interior de manzana barcelonés y con una grata perspectiva a la Gran Vía. Todas se han decorado con muebles contemporáneos y sus galerías acristaladas son las originales del siglo XIX.

La decoración del hotel apostó por firmas icónicas de Barcelona de donde nació una colaboración con artistas locales, diseñadores y otros creadores. De ahí que encontremos mobiliario de Marc Morro, otros muebles de madera de la firma AOO, lámparas de Santa & Cole, textiles naturales y sostenibles de Teixidors y paisajismo de Alejandra Coll. Moda Batabasta también ha colaborado en el proceso de interiorismo, diseñando papeles de pared y textiles. No faltan detalles que muestran el esplendor de lo que esa casa fue.

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Libertine, uno de los espacios donde comer y beber

Gastronomía y ocio para todos

Casa Bonay cuenta con diferentes piezas diferenciadas para comer y beber, cada una con su ritmo. La atmósfera multidisciplinar de Libertine, cocktail-bar abierto todo el día con platos fáciles para acompañar y también, en ocasiones, sala de música. Un lugar eternamente cambiante.

Bodega Bonay, el restaurante gastronómico del chef Giacomo Hassan (con un Sol Repsol) donde encontraréis vino natural e ingredientes de calidad de los productores más próximos.

Satan’s Coffee Corner donde arrancar el día con una buena dosis de relax, y café bien hecho, y en el rooftop del hotel el Chiringuito, una terraza a modo de jardín urbano rodeado por flores y plantas con vistas a la Ciudad Condal, para tomar buenos vinos, cócteles o una terraza (exclusiva para los huéspedes del hotel), para quien busca más tranquilidad.

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El Chiringuito, otro de los rincones de Casa Bonay

Casa Bonay, un lugar de encuentro

Junto al Paseo de San Juan, Casa Bonay es un lugar en el que pasan cosas. Prueba de ello es la cantidad de eventos, desde pequeños conciertos a presentaciones de libros, proyecciones de películas o cenas temáticas, que hacen del hotel un lugar vivo, del que disfrutar a cualquier hora.

Inés Miró-Sans y su manera de pensar y de crear, no ha podido resistirte a proyectar en su cabeza nuevos emplazamientos singulares. Así que ha trasladado el modelo Casa Bonay a la región del Empordà, pero con un punto más de sofisticación y de exclusividad. Esto sucederá a finales de 2023 en una casa antigua de 3.500 metros cuadrados con un claustro y piscina. El reto es renovar y transformar el edificio pero con un concepto wellness más transversal.

En la lista de las cosas que hacer en Barcelona toma nota este hotel en el que todo el mundo es bienvenido, así que si en alguna ocasión pasas por Gran Vía en dirección al Paseo San Juan entra en Libertine, que la familia Casa Bonay se encargará del resto.

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