El enfado de Carlos III en su coronación: “Esto es aburrido”
Las cámaras captaron en enfado y las quejas de Carlos III en los minutos previos a la coronación en la Abadía de Westminster.
Los desaires de Carlos III con las plumas nada más ser proclamado rey el pasado septiembre dieron la vuelta al mundo. Una actitud altiva y molesta que el monarca se vio obligado a rebajar de cara al público. Sin embargo, en un día tan importante como su propia coronación los nervios le delataron y en un momento de la ceremonia volvió a sacar su carácter para arremeter contra los príncipes de Gales.
El enfado de Carlos III en su coronación
Cumpliendo con la famosa puntualidad británica, Carlos III y Camilla Parker Bowles llegaban a la Abadía de Westminster pocos minutos antes de las once de la mañana, hora británica. Sin embargo, los monarcas no salían de la carroza y durante unos cinco minutos permanecieron en su interior.
Un tiempo en el que las cámaras pudieron captar a Carlos III hablando y gesticulando con la cabeza. Algo que entonces pasó desapercibido pero que ahora ha revelado el gran enfado del rey.
“Nunca podemos llegar a tiempo. Sí, lo soy… Esto es negativo. Siempre hay algo… Esto es aburrido”, se quejaba Carlos III, según ha revelado un lector de labios en la cadena británica Sky News. Y es que al parecer los príncipes de Gales llegaron tarde a la Abadía, e hicieron esperar al rey.
Los príncipes de Gales llegaron tarde
Según lo establecido en la agenda, el príncipe William, Kate Middleton y sus tres hijos tendrían que haber llegado a las 10.45 y entrar en el templo unos minutos antes de que llegaran los reyes. Sin embargo, su retraso cambió todo, y los príncipes tuvieron que acceder a la Abadía tras los pasos de Carlos III y Camilla.
Este cambio de última hora no gustó nada al monarca, que así se lo expresaba en la intimidad a su mujer. Un hecho que podría explicar el rostro serio del rey en los primeros minutos de la coronación, aunque conforme pasó la mañana los nervios cesaron y Carlos III no pudo ocultar la sonrisa por convertirse en rey de Inglaterra.