El síndrome del nido vacío hace mella en los reyes, Felipe VI y Letizia
Los monarcas tienen a sus dos hijas lejos de casa, lo que como cualquier padre les hace enfrentarse al síndrome del nido vacío.
Hace tiempo que los reyes, Felipe VI y Letizia, se enfrentan al famoso síndrome del Nido Vacío. Un periodo en el que las tornas cambian y los padres se ven forzados a ejercer la paternidad y maternidad a distancia.
En su caso, éste comenzó cuando la princesa Leonor se fue a estudiar a Gales; y se intensificó cuando la infanta Sofía hizo lo propio dejando el hogar “desangelado”. Fue entonces cuando, seguramente, los reyes notaron la gran ausencia, porque no olvidemos que durante el Bachillerato de Leonor, Sofía vivía con ellos. Es ahora, con las dos fuera de casa, cuando el síndrome del nido vacío sería más latente para ambos.
La partida de Leonor intensifica el síndrome del nido vacío de los reyes
Así, la reciente partida de Leonor a bordo del Juan Sebastián Elcano marca un cambio significativo en la vida de los Reyes. Un vacío emocional, común para muchos padres, que cobra una dimensión pública en la familia real, donde cada paso de las princesas es estudiado y seguido al detalle.
Así lo vimos el pasado 11 de enero, cuando la princesa Leonor partió desde Cádiz a bordo del buque escuela para iniciar un crucero de instrucción que marcará un capítulo trascendental en su formación militar. Este viaje, que durará seis meses y recorrerá diversos países como Uruguay, Chile, Perú, Panamá, Colombia, República Dominicana y Estados Unidos, en donde la princesa dará por finalizado el viaje, es una experiencia que la preparará no solo como futura comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, sino también como representante de España en el mundo.
Mientras esté a bordo, Leonor será una guardiamarina más. Pero cada vez que el barco atraque en un puerto, ella volverá a ser la princesa de Asturias y será recibida como tal.
Unos padres despidiendo a su hija
Las imágenes de los reyes despidiendo a su hija no pasaron desapercibidos. Sus rostros emocionados y la reina Letizia, visiblemente conmovida mientras abrazaba a su hija antes de embarcar, reflejaron el sentir de cualquier madre en un momento similar. “Son muchos meses sin verla. Hay más madres llorando”, dijo en aquel momento.
Con sus palabras y gestos, Felipe VI y Letizia dejaron ver el orgullo y la nostalgia de ver a su hija comenzar una nueva etapa, lejos del hogar, pero cerca del deber. Por primera vez pudimos ver al rey Felipe con lágrimas en los ojos y un nudo en la garganta. “Sentimos nostalgia pero también ilusión, porque será algo muy bueno para ella”, explicó el monarca.
La futura reina está forjando su futuro
Para la princesa Leonor, esta experiencia no solo consolidará su formación militar. También le permitirá conectar con sus futuras responsabilidades como heredera al trono. Aprenderá sobre liderazgo y trabajo en equipo en el mar, y estrechará los lazos de España con el mundo. Para los reyes, su partida es la materialización del síndrome del nido vacío en su hogar, pero también de la satisfacción de ver a su hija avanzar con paso firme hacia su destino.
Leonor regresará a España en julio, continuará su preparación militar en la Escuela Naval Militar de Marín y más adelante en la Academia General del Aire y del Espacio en San Javier.