Los objetivos sociales del milenio

El pasado 13 de marzo tuvo  lugar en el Espacio Fundación Telefónica el Congreso Internacional ‘Making Things More Even’ del Centro Europeo del Voluntariado (CEV) en el que los responsables de RSC (Responsabilidad Social Corporativa) de Telefónica, Obra Social «la Caixa», Kellogg´s e IBM pusieron en común sus estrategias de voluntariado. La ONU ha establecido la fecha de 2030 para revisar los nuevos objetivos sociales del milenio, un momento histórico en el que las principales compañías del mundo y sus stakeholders evaluarán su acción social. 

La encargada de moderar el encuentro fue la directora de Voluntarios Telefónica, Marián Juste, que señaló que hay que empezar a concebir las organizaciones como ecosistemas: “Basta de pensar que empresas y organizaciones sociales somos compartimentos estancos”, afirmó en referencia al hecho de que Fundación Telefónica trabaja con más de 150 ONG y asociaciones, un volumen que hace que la empresa tenga que aportar no sólo recursos económicos, sino también profesionales.  “Las ONG poseen el pulso social que necesitamos las empresas”, concluyó.

La presidenta del European Volunteer Centre (CEV), Eva Hambach, hizo hincapié en la necesidad de elaborar este tipo de agendas: “Es más que un tópico, responde a una realidad social cada vez más presenta”. Una de las intervenciones más esperadas fue la del especialista en el ámbito del voluntariado corporativo, Chris Jarvis, quien anticipó en primicia algunas de las conclusiones del estudio www.impact2030.com, proyecto de la ONU que quiere establecer los nuevos objetivos sociales del milenio.

Para Jarvis las compañías tienen ahora una oportunidad única de hacer memoria, evaluar su propia humanidad y, finalmente, marcar la diferencia. Indicó que el voluntariado corporativo y la RSC están muy relacionados con el concepto de ciudadanía y trascienden el ámbito de negocio de la propia corporación: “Las empresas deben jugar un papel importante en la fábrica social de nuestros países”.

Entre los objetivos de desarrollo sostenible, Jarvis anticipó que serán de acción orientada, concisos, fácilmente comunicables, limitados en número, aspiracionales, de naturaleza global y de aplicación universal en todos los países, a la vez que adaptables a las diferentes realidades nacionales, capacidades y niveles de desarrollo, y que respeten las políticas nacionales y las prioridades regionales.

El fin de Impact 2030 no es otro que construir y alinear a nivel global una estrategia entre compañías con RSC que tenga en cuenta el capital humano, los objetivos de voluntariado, los objetivos de desarrollo sostenible, estimulen la innovación social y de negocio y provean nuevos caminos para desarrollar las habilidades del empleado. Además se presentaron herramientas para mejorar el trabajo de los voluntarios en las ONG y se analizó el estado del voluntariado corporativo en Europa.