Antonia San Juan: «La única forma de dejar huella es escribir un libro»
Antonia San Juan es directa, va de frente, nunca decepciona. No le asustan los retos y se enfrenta a la vida con la seguridad de dar siempre la talla. Su ‘Agrado’ de ‘Todo sobre mi madre’ permanece ya en el ideario de los más cinematográficos. Tras ‘El hoyo’ y ‘Hierro’ ahora se sube al escenario para vivir la adrenalina del teatro cada día con ‘La gran depresión’. Le acompaña Nuria Roca. Dos mujeres maduras que se reencuentran tras varios años…
The Luxonomist: ¿Qué te da la interpretación que no encuentras en otra actividad de la vida?
Antonia San Juan: No tengo otra. Interpretar me aporta todo porque es mi manera de vivir.
TL: ¿Dónde radica la adrenalina del teatro?
ASJ: El teatro en sí ya es adrenalina. Desde que te llega un guion y ambicionas a aprendértelo, cuando pones el pie en el escenario es adrenalina pura.
TL: ¿Cómo se ve la vida desde la altura de un escenario?
ASJ: Realmente no contemplo la vida desde ahí, simplemente estoy en el escenario para desarrollar mi trabajo. La vida la contemplo cuando salgo a la calle.
TL: ‘La gran depresión’. De momento, el título es muy “ad hoc” a los tiempos que estamos viviendo.
ASJ: En este caso no tiene nada que ver con la depresión médica, ni con la medicina, ni con la psicología, ni con la psiquiatría, ni con el psicoanálisis. Simplemente es un pretexto para hacer una comedia.
“No decir la edad es la cosa más machista que hay”
TL: Dos mujeres maduras que se reencuentran con el paso de los años… ¿te inquieta el avance del tiempo?
ASJ: Nada en absoluto, el problema es no vivir y morirte prematuramente. Vivo la vida y disfruto de mis años. Yo digo la edad, no decirla es la cosa más machista que hay. Cuando no la dices es porque hay parte de tu vida que la niegas o sencillamente porque, como sabes que los hombres te van a poner fecha de caducidad, no lo confiesas para aparentar ser joven. La gente que no dice la edad tiene un serio problema.
TL: ¿Madrid es siempre la plaza más difícil?
ASJ: Se le atribuye esa fama, pero no sé si realmente es así. Todas las veces que he estado en Madrid, la verdad, no ha sido la plaza más difícil. No hay que darle esa importancia. Ahora está todo globalizado y Madrid es puro tránsito de gente de todas partes.
TL: ¿Un recuerdo recurrente cuando miras atrás?
ASJ: La verdad es que vivo poco de recuerdos.
TL: ¿Existe una receta para la felicidad?
ASJ: No. Existe una salud mental que te la da, en mi caso, el psicoanálisis, la terapia.
TL: ¿Solo el amor se permite una gran locura?
ASJ: Si es locura, no es amor.
TL: El rasgo de tu personalidad que no querrías que heredase nadie
ASJ: Muchas cosas porque, como humana, soy bastante imperfecta. Tengo muchos defectos.
“Me intimida la doble moral”
TL: ¿Algún vicio es sano?
ASJ: Los vicios nunca son sanos.
TL: Un placer prohibido que te permites.
ASJ: ¡Uy! Podría ser tomarme una cerveza si tuviera el colesterol alto, comerme un dulce si fuera diabética… Esos serían placeres prohibidos, por ejemplo.
TL: Un don que la naturaleza te ha negado.
ASJ: No sé lo que me ha negado, pero sé lo que me ha dado.
TL: Esa pregunta incómoda que siempre te hacen.
ASJ: Yo soy la señora Antonia San Juan y, cuando alguien me hace una pregunta incómoda, me levanto y me voy.
TL: ¿Qué te intimida hasta el punto de sacarte los colores?
ASJ: Me intimida la doble moral.
TL: ¿Un lema vital que lleves por bandera?
ASJ: Todo empieza cada mañana.
“No me inquieta el paso del tiempo. El problema es no vivir”
TL: ¿Y esa crítica que, por ser verdad, más te ha dolido?
ASJ: La verdad es una cosa muy subjetiva.
TL: Un propósito que nunca cumples.
ASJ: No me hago propósitos.
TL: Un miedo que no sepas superar.
ASJ: Los miedos los hablo siempre en mi terapia.
TL: ¿Ahorras o eres disfrutona?
ASJ: Soy muy disfrutona, pero no vivo al día.
TL: ¿Qué te sorprende de la vida?
ASJ: La misma vida.
TL: Te dejarías cortar la mano antes de decirme…
ASJ: ¡Exagerada! La mano no me la dejaría cortar por nada.
“Me permito todo tipo de caprichos”
TL: ¿Qué virtud envidias?
ASJ: Decir que no soy envidiosa sería decir que no soy humana. Tengo mis envidias y no solo por una virtud, sino por muchas. Incluso, algunos defectos también los envidio.
TL: ¿Cuál es la mejor forma de dejar huella?
ASJ: La única, desde mi punto de vista, es escribir un libro. Mira El Quijote, el tiempo que hace que se escribió y la gente lo sigue leyendo. Se deja huella también haciendo una película.
TL: ¿El calificativo que más te incomoda?
ASJ: Todos los calificativos son incómodos, pero la gente tiene necesidad de calificar siempre.
TL: ¿Qué caprichos te permites?
ASJ: Todos los que puedo. No tengo hijos, no tengo pareja… Todo lo que me apetece, si está en mi mano, me lo doy.
“La gente que no dice la edad tiene un serio problema”
TL: Una pesadilla que no olvidas…
ASJ: Ir a buscar a mi padre y darme cuenta, en el sueño, de que está muerto.
TL: ¿Una extravagancia que no piensas reprimir?
ASJ: No soy nada extravagante.
TL: ¿Qué le agradeces y reprochas a tu físico?
ASJ: Ninguna de las dos cosas. Ni le agradezco, ni le reprocho nada.
TL: Tres calificativos que sinteticen tu pareja ideal.
ASJ: Un hombre trabajador, económicamente independiente, inteligente y que no cuente chistes y se haga el gracioso.
TL: La prenda que no falta en tu maleta cuando sales de viaje.
ASJ: Me gusta la ropa cómoda, las amistades cómodas, los familiares cómodos…
TL: Sé que han sido muchas pero ¿hay una pregunta que no te he hecho y te habría gustado responder?
ASJ: Me quedo bien con todas las que me has hecho.