Beatriz Luengo: «Saboreo la vida a fuego lento, pero aprendo a toda velocidad»
Amigas que son capaces de todo, la codicia desmedida del dinero y el amor puro lleno de desafíos. Mujeres fuertes que han empezado de cero mil veces y una historia de amor que consigue silenciar el ruido con la música. Todo esto en Hasta que se acaben las canciones, la primera novela de la polifacética Beatriz Luengo, que ha encontrado en la escritura una hermandad mágica con la gente que le sigue. Reconoce que ponerse delante del papel en blanco le ha hecho sentir libertad…
The Luxonomist: Actriz, cantante, compositora, bailarina, empresaria y… ¡escritora! ¿Te has propuesto demostrar que el refranero se equivoca y que, en tu caso, “quien mucho abarca, sí aprieta”?
Beatriz Luengo: Para mí todo es parte de un mismo universo. Empecé expresando mis inquietudes dentro del arte con el cuerpo porque no me atrevía a hacerlo con palabras. Después crecí y entendí que necesitaba ampliar mis recursos. Empecé a escribir canciones, a contar en 3 minutos una historia en una sinopsis que abarcaba rima y un estribillo que tenía que tener sentido con el principio y el final de la historia. Cuando llegué al papel en blanco sentí libertad.
TL: Hasta que se acaben las canciones, tu primera novela. ¿La experiencia ha resultado adictiva?
Beatriz Luengo: Mi primer libro, ‘El despertar de las Musas ‘, llegó a la edición número 14 en España, se tradujo al francés y al inglés, y me hizo recorrer el mundo los últimos 3 años. Con él empecé a sentir la conexión tan mágica que generas con las personas a través de la literatura. Es como una especie de hermandad.
“La vida es el mejor ensayo para escribir”
TL: ¿Hay algo de la Beatriz de El despertar de las musas en esta novela?
Beatriz Luengo: Hay amor e intención de empoderar al lector.
TL: Empezar de cero mil veces, las amigas incondicionales y el amor inesperado construyen el esqueleto de tu novela. ¿La vida es el mejor guion?
Beatriz Luengo: La vida es el mejor ensayo para escribir cualquier historia, las dificultades la mayor inspiración y las personas que se quedan con nosotros la recompensa.
TL: Tienes dos premios Grammy y trece nominaciones. Eres considerada por Billboard como una de las cantautoras más destacadas de la música en español. ¿Te sientes realmente reconocida en tu trabajo y, sobre todo, profeta en tu tierra?
BL: Me siento muy querida por la gente en España, esa es la verdad. En mi último viaje a Madrid me acompañó una amiga de Honduras, que vive en Miami a dos calles de mi casa. No paró de emocionarse mientras me tomaba fotos con la gente por la calle y se impresionaba con las cosas tan bonitas que me decían. Sí es cierto que, cuando gano Grammys o me pasan cosas impresionantes como cantar con Andrea Bocelli no lo cubren los medios españoles. Pero la gente al final se entera de que me pasan cosas preciosas fruto de mi trabajo.
TL: ¿Qué moraleja extraes de esta aventura literaria?
BL: Que el arte puede curar.
“La danza me llevó a una obsesión por lo perfecto”
TL: ¿Eres de cocinar la vida a fuego lento?
BL: La verdad es que no paro de hacer cosas, soy muy consciente de que la vida se va y quiero aprovechar cada segundo. Así que diría que saboreo a fuego lento, pero aprendo a toda velocidad.
TL: ¿Lo mejor siempre está por llegar?
BL: Siempre. Tengo una poesía en mi libro anterior que se hizo viral en Instagram gracias a Sara Carbonero, que la publicó. Dice que «no eres de dónde vienes, eres de adónde vas «. No me regocijo en el pasado, siempre pienso que hacia donde me dirijo es en donde tengo que poner mi energía. Ya tendré tiempo un día de poder reposar en el pasado. Ahora quiero seguir mirando hacia adelante.
TL: ¿A qué momento de tu pasado regresarías?
BL: A los días que nacieron mis hijos y supe que tenerlos era «más que suerte», como dice mi canción para ellos. Y al día que conocí a Yotuel.
“La vida se va y quiero aprovechar cada segundo”
TL: ¿Tu mayor conquista?
BL: La que trato de hacerme a mí misma, que no es fácil. Me cuesta tan poco amar y admirar a quien tengo enfrente… sin embargo, todavía soy muy dura conmigo misma. Todos los días tratando de controlar el látigo contra mi espalda, supongo que es un paso más a una conquista que espero lograr. La danza me llevó a una obsesión por lo perfecto desde muy niña.
TL: ¿Recuerdas ese momento de absoluta felicidad?
BL: Pues, en el momento que estoy, te diría que es el de mayor felicidad.
TL: ¿Qué le preguntarías a tu yo dentro de veinte años?
BL: ¿Te has divertido?
TL: Si te dijesen que eres inmortal y que ninguno de tus actos va a ser castigado. ¿Qué es lo primero que harías?
BL: Comer dulce sin parar.
«Me cuesta poco amar pero soy muy dura conmigo misma»
TL: ¿Un personaje histórico con el que te sentarías a cenar?
BL: Con la bisabuela de mi padre, que fue escritora en España en una época difícil para las mujeres. Tiene dos libros publicados en la Biblioteca Nacional y llegó a escribir poesía para Alfonso XIII. Mi abuelo me decía que me parecía a ella en muchas cosas y ¡mírame! publicando libros. Me di cuenta hace poco mirando una foto de mi abuelo, pensando en lo orgulloso que estaría, y de repente me acordé de que me comparaba con su abuela escritora en un momento en el que yo solamente componía canciones.
TL: Diez segundos para un deseo. ¿Qué pides?
BL: Un viaje a Indonesia.
TL: ¿Qué canción odias pero, sin embargo, te sabes de memoria?
BL: La del fin de curso de mi niña este año, hace de mosquito y le han dado una canción muy repetitiva que me tiene loca jajaja
TL: Te da un ataque de risa en una situación inapropiada o en un lugar del que no puedes salir. ¿Cómo lo solucionas?
BL: Haría como si estornudara para taparme la cara y girarme.
TL: ¿Un día perfecto?
BL: Los domingos.
«Estoy en mi momento de mayor felicidad»
TL: ¿Cuál es ese tema del que te avergüenza saber tan poco?
BL: Cuando llegan las Olimpiadas y veo tantos deportes que tienen poca visibilidad y me avergüenzo del desconocimiento que hay sobre ellos.
TL: ¿Esa película en la que te quedarías a vivir?
BL: El Guardaespaldas.
TL: ¿Una canción que te define?
BL: Nessun Dorma, que significa «Que nadie duerma», de la ópera Turandot. Es un canto al triunfo. Si estás de bajón y escuchas esa canción solo puedes salir a la calle y comerte el mundo. Para mí es un mantra.
TL: ¿El lugar más loco en el que has terminado después de una noche de fiesta?
BL: Más loco no sé, pero más rico en San Ginés comiendo churros con chocolate.
TL: Esa pregunta que no te he hecho y te habría gustado responder…
BL: ¿Se imaginaría tu «yo» de 20 años que le iban a pasar cosas tan increíbles? 😊 ¡Gracias por todo! Un abrazo.