Natalia de Molina: «El sentido del humor y la inteligencia no pueden tener límites»

Amalia Enríquez. 27/05/2022
Foto: Abraham Blázquez García

Tiene dos Goyas en sus vitrinas por “Vivir es fácil con los ojos cerrados” y “Techo y comida”. Desde que aterrizó en la interpretación, Natalia de Molina no ha dejado de trabajar y demostrar un talento que ha ido en línea ascendente. Es tímida, directa, sincera y muy divertida. Protagoniza tres películas bien distintas, que están ya en los cines: “Contar ovejas”, “La maniobra de la tortuga” y «Espejo Espejo».

The Luxonomist: ¿Qué te da la interpretación que no encuentras en otras actividades de la vida?
Natalia de Molina: Es la manera que he encontrado de expresarme. Soy una persona muy tímida y gracias a la interpretación canalizo muchas cosas que en mi día a día no me permitiría. Y no sólo eso. Además es la disciplina que me permite desarrollar e investigar sobre la gran mayoría de inquietudes que tengo. Es la más completa.

TL: ¿Has tenido que recurrir a “contar ovejas” para conciliar el sueño?
Natalia de Molina: Por suerte no. Soy muy dormilona y tengo una facilidad pasmosa para conciliar el sueño. Soy capaz de dormirme en cualquier sitio.

TL: Ante una historia cruda como la de la película, ¿la risa es un bálsamo?
Natalia de Molina: Siempre. Sólo “nos salvará la risa”.

“Tengo una facilidad pasmosa para conciliar el sueño. No necesito contar ovejas”

TL: ¿Entiendes la vida sin sentido del humor?
Natalia de Molina: No y pobre de aquel que no lo tenga. Es oxígeno para vivir. Hasta en las peores situaciones que se puedan presentar en tu vida, siempre tiene que haber hueco para reírse. Sin eso estamos perdidos. El sentido del humor no puede tener límites, al igual que la inteligencia. Y es que, para mí, ambas cosas van de la mano.

TL: ¿Los premios te han posicionado en el lugar soñado?
NdM: ¿Cuál es el lugar soñado? porque igual para ti es una cosa y para mí es otra. Si es por mi trabajo y la carrera que estoy llevando, ya te digo que nunca soñé con estar donde estoy. Tampoco he soñado nunca con recibir premios. No estoy aquí por eso. Siento que mi camino va por otro lado… puede sonar un poco ambiguo, pero es que no me podría haber imaginado nunca muchas cosas que he vivido, ni fuera ni dentro de la profesión. Y todo eso forma parte de la magia. Del misterio. Los premios han sido un reconocimiento hermoso a trabajos que he hecho, pero el camino que estoy construyendo siento que tiene que ver más con eso, con el trabajo, con el esfuerzo, con el riesgo…

TL: ¿Has dejado de tener miedo a que no vuelva a sonar el teléfono?
NdM: Creo que ese es un miedo que nos acompaña a todos los que nos dedicamos a esto. Es un pensamiento que siempre está ahí en el aire presente, porque esta profesión es jodida y no es estable. Yo, de hecho, siempre pienso que me van a echar con cada proyecto nuevo que empiezo (risas). Lo difícil es que suene, ¿sabes?

«Lo más friki que he hecho es mirar, quieta, la casa de Marilyn Monroe»

Natalia de Molina
Foto: Michael Oats en Espacio Q

TL: ¿Se puede ser imparcial cuando los sentimientos entran en juego?
NdM: Es muy difícil, tienes que tener una capacidad de control sobre ti mismo bastante heavy, casi como rozando lo robótico. Sí que es verdad que, a veces, hay que hacer el ejercicio de ser lo más objetivo posible, porque hay emociones que te pueden nublar, pero claro… es que cuando estás hablando de cosas tan intangibles como son los sentimientos, ¿cómo se consigue? si no es matemática. Creo que lo más sabio es saber dejar un tiempo pasar para poder asentar las cosas y pensarlas con claridad, ¿no? No sé, es una pregunta compleja esta.

TL: ¿La forma más elegante de decir adiós?
Natalia de Molina: Sin que nadie se entere.

TL: ¿En qué situación has dicho “chapeau”, me quito el sombrero?

NdM: Pfff… más que en una situación concreta, la última vez que he pensado eso ha sido cuando escuché el disco nuevo de Rosalía entero. Todos mis respetos para esa diosa.

TL: ¿Qué te gusta hacer a tu manera?
NdM: Todo (risas) Es como funciono, no sé hacer las cosas a la manera de otro. A veces pienso: “¿Esto cómo lo haría X persona?” y tengo mis referentes, claro… pero al final, soy muy fiel a mí misma.

TL: ¿Qué es lo que mejor se te da hacer?
NdM: Cocino bastante bien, he de confesar, pero creo que lo que mejor se me da hacer es escuchar y observar.

«Los insultos hacen daño y son una falta terrible de educación»

natalia de molina
Natalia y Eneko Sagardoy. Foto: Abraham Blázquez García

TL: Si pudieras ser otra persona o cosa, ¿por qué /quién optarías?
NdM: Por una mariposa, una serpiente o un cisne.

TL: ¿Qué ha sido lo que realmente ha marcado tu vida?
NdM: No lo sé y no sé si quiero saberlo.

TL: ¿Qué pone en tu estado de WhatsApp?
NdM: “Caída de la rama regresa una flor… era una mariposa.”

TL: ¿A quién meterías en una máquina del tiempo?
NdM: A nadie.

TL: ¿Qué locura has hecho para conocer a uno de tus iconos?
NdM: Nunca he sido muy fanática de nadie que esté vivo, sólo lo soy de Marilyn Monroe. Cuando estuve en San Francisco busqué la casa donde había vivido ella con Joe DiMaggio. Me pasé un buen rato ahí parada en la calle, mirándola. Es lo más friki que he hecho nunca, sobre todo porque era una casa donde vivía gente, no tiene ninguna placa que ponga: “Aquí vivió Marilyn Monroe blablabla” y, vista desde fuera, la situación era un tanto peculiar, ¿no? Yo allí, parada, en silencio, mirando la casa (risas).

«Me estresa muchísimo hacer maletas»

 

TL: ¿A qué eres inmune?
NdM: Me encantaría decirte que al coronavirus. Pero no.

TL: ¿El insulto hace callo?
NdM: Los insultos son una mierda. Cualquier tipo de violencia es una mierda. No hacen callo, eso es una mentira muy grande. Hacen daño y son una falta tremenda de respeto y de educación.

TL: ¿Marca España es…?
NdM: El gazpacho. Los espetos. Una paella rica en la playa. El sol. La familia. Carlos Vermut. Carla Simón. Los galgos. Y el lince ibérico.

TL: ¿Qué no falta nunca en tu maleta?
NdM: Odio hacer la maleta. Me genera mucho estrés. Lo dejo siempre para el último momento y, además, siempre tengo la sensación de que se me ha olvidado algo importante. Siempre siento que me faltan cosas. Supongo que lo que no me falta nunca es eso, estrés (risas) Estrés en pensarla. Estrés en hacerla.

TL: ¿La suerte es más definitoria que el talento?
NdM: Como bien dijo Pablo Neruda: “La suerte es el pretexto de los fracasados”.

TL: ¿A qué te suena la vida?
NdM: A los violines de Vivaldi.

TL: ¿La belleza da poder?
NdM: Son dos conceptos en sí que me dan mucha pereza. Así que la pregunta, ya te puedes imaginar la apatía que me despierta (risas) Perdona.

«La belleza y el poder me dan muchísima pereza»

Natalia de Molina
Foto: Michael Oats en Espacio Q

TL: ¿El dolor más intenso?
NdM: El de la pérdida de un ser querido.

TL: ¿Ser elegante es…?
NdM: Hablar poco y decir mucho.

TL: ¿Qué te hace perder la templanza?
NdM: Es muy difícil alterarme. Soy una persona bastante tranquila, serena, pacífica, rozo la sosera muchas veces (risas) evito los conflictos constantemente. Pero no puedo soportar que me mientan. Llevo fatal eso. Odio las mentiras. No las comprendo.

TL: ¿Con quién compartirías la cena de tus sueños?
NdM: Con mi mamá. Con mi mamá y mis hermanas siempre.

TL: ¿Esa crítica que, por ser verdad, más te ha dolido?
NdM: A veces tienes un punto intransigente… que ¡madre mía!” (risas)

TL: Sé que han sido muchas pero, ¿hay pregunta que no te he hecho y te habría gustado responder?
NdM: No, la verdad. Las fechas de estreno, quizás. “Contando ovejas” desde el 13 de abril. “La maniobra de la tortuga” a partir del 6 de mayo. “Espejo, espejo”  recién estrenada, el 20 de mayo. Todas para verse en pantalla grande. Para volver a las salas y disfrutar del cine. 

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